Las armas, el maravilloso mundo de las armas de Borderlands. Tropecientos es una cantidad que apenas rasga por cercanía la cantidad real de objetos de destrucción que hay en el juego. Lo básico al escoger la tuya es fijarte detenidamente en detalles como la cadencia, la capacidad del cartucho, la cantidad de daño que hace, si tiene posibilidad de hacer daño elemental y hasta el tiempo de recarga y el número de balas que usa cada disparo. La importancia de todos estos números es que en Borderlands, como en Diablo, buscas mejorar constantemente a tu personaje y navegar su árbol de habilidades para encontrar el balance perfecto para tu forma de jugar, todo mientras juntas mucho loot y encuentras el arma que sirva de media naranja a tus habilidades.

Algunas preferencias personales a la hora de escoger armas es definir si te gustan las retículas en vez de la mira de hierro, cuánta visión de túnel tendrás y hasta el ruido que hace. El detalle es tan profundo en el sistema de armas, que ya hasta estoy casado con uno de los fabricantes y no me gusta usar otras marcas. Lo entenderás cuando veas el metal rudo de una Jakobs y lo compares con el colorido brillo de las creaciones de Hyperion.

En esta ocasión necesitarás Eridium, un elemento raro, para mejorar la capacidad de municiones que puedes cargar, mientras que las granadas pueden recibir efectos extra por alguna modificación que consigas; estos son tan variados como los de las armas, desde incendiar enemigos hasta provocar una lluvia de esquirla y fuego.

Los escudos siguen la regla del original: hay ligeros y de recarga rápida o duraderos y de lenta recarga, también con efectos elementales en los escudos más raros. Aparte de las modificaciones de clase, que sí, dan aún más mejoras a tu daño, recarga de escudo o efectos elementales, regresan los artefactos. Lo que es completamente nuevo es el Badass Rank, que se aplica a todos los personajes que manejes y afecta una serie de variables como el tiempo y velocidad de recarga del escudo, la cantidad de daño que haces, la posibilidad de daño elemental, tu cantidad de tu salud y más.

Para mejorar esta característica nueva tienes que cumplir retos, similares a los de Borderlands 1 y que también vienen en distintos niveles. Hay algunos de curar a tus compañeros, hacer daño crítico con un tipo de arma específico o matar cierta cantidad de un tipo de enemigos. La cantidad de cosas por hacer rebasa, por mucho, la de Borderlands 1 y las recompensas serán geniales, pero las necesitarás conforme llegues a los niveles más altos de juego.

Al tener un personaje al máximo el juego comienza a brillar por la cantidad de opciones que se presentan con el árbol de habilidades y las combinaciones que puedes lograr, esto también se debe a que se enfatizó la ofensiva. El combate es más personal, más cercano. En el original había ocasiones en el que sólo necesitabas mantenerte alejado de los enemigos para dispararles, incluso ellos no se acercaban tanto a tu personaje.

En Borderlands 2 eso ya no sucede. Primero encontrarás que el diseño de los mapas es más íntimo y las peleas se dan generalmente en ambientes más encerrados, o al menos más pequeños y con una preferencia por la verticalidad, así que es común ascender por torres en batallas muy intensas y con poco espacio para maniobrar.

La Inteligencia Artificial también evolucionó, ahora los enemigos intentarán evadir tus ataques más seguido, otros se te acercarán lentamente y no se detendrán por mucho daño que les hagas. Los adversarios son más “interactivos” y mucho más agresivos y las balas se terminarán muy rápido, pero por suerte ahora todo el loot, con excepción de las armas, se recoge de manera automática si pasas cerca.

Borderlands 2 tiene el súper poder entretenerte durante horas. Podrás sentirte gerente de tu personaje, y perderte en una maraña entre sus habilidades y necesidades. Otros juegos tienen un sistema de moral que te hace elegir entre las opciones, Borderlands presenta un sistema de loot ante el cual te rendirás y le dedicarás un buen rato a pensar cuál arma cargarás, sin importar tu relación sentimental con la escopeta que descansa sobre tus garritas.