Call of Duty: Black Ops III PlayStation 4

CAMPAÑA COOPERATIVA

Luego del abrupto y exitoso cambio de mecánicas que trajo consigo Call of Duty: Advanced Warfare, Treyarch quedó con la extraña encomienda de hacer algo diferente y, a la vez, reconocible para los fans. Regresar en el tiempo estaba descartado y emular directamente la fórmula de Sledgehammer Games hubiese implicado estancamiento. Luego de probar tanto campaña como multiplayer, esta tarde en E3, confirmé que Treyarch tuvo éxito en aportar algo distinto, aunque no estoy seguro de que eso dejará satisfechos a todos.

Primero lo primero: la campaña. Treyarch buscó innovar al introducir toma de decisiones, y para Black Ops III, lo nuevo es el elemento cooperativo. Quienes son veteranos de la serie saben que ha habido cooperativo en Call of Duty antes, pero solamente para 2 jugadores, y ahora, lo será para hasta 4 usuarios en paralelo. De acuerdo con David Vonderhaar, director de diseño de Treyarch, con quien tuve oportunidad de charlar, buena parte del ciclo de desarrollo de 3 años para esta entrega de Call of Duty se fue precisamente en reconfigurar la tradicional estructura del modo historia para albergar 4 jugadores, sin comprometer el tono explosivo que caracteriza a la franquicia.

El resultado es un distanciamiento de los estrechos corredores lineales a los que estamos acostumbrados, para dar paso a pequeñas arenas de combate donde los 4 usuarios se baten en la refriega, desempeñando cada quien un rol distinto. Habrá, entonces, 4 protagonistas personalizables, y cada uno portará un loadout propio, como si del multiplayer se tratara. Los diseñadores que me acompañaron no aclararon bien si habría alguna suerte de progresión para el arsenal o si, como en Advanced Warfare, sería el sistema el que dictaría qué armas usar y cuándo.

Call of Duty: Advanced Warfare está situado varios años después de la tercera entrega. Pero debo reconocer que, al tomar el control, me sentí algo abrumado. La misión de prueba de la campaña estaba situada bien adentro en el transcurso del argumento y muchas cosas estaban pasando al mismo tiempo. Mi misión era la de plantar artefactos explosivos en puntos específicos del nivel de juego, mientras mis compañeros me cubrían de oleadas incesantes de androides que se abalanzaban sobre nuestra posición en el centro de lo que, a falta de una mejor descripción, era una pequeña área circular, llena de escombros y vehículos.

Honestamente no entendí bien qué tenía que hacer hasta después de algunos minutos, pues no solamente cambió la dinámica tradicional de un solo hombre, sino que las mecánicas también sufrieron modificaciones con una sensación de pesadez más pronunciada que la de Call of Duty: Advanced Warfare, la cual se traslada también al multiplayer, pero eso lo abordaré más adelante.

Call of Duty: Black Ops III se siente más pesado

Asimismo, y por si no estaba implícito hasta ahora, queda atrás la típica estrategia simplista de avanzar hasta cruzar la barrera invisible que interrumpe el flujo de adversarios para después repetir el proceso hasta completar la misión en curso. Ahora hay tareas más concretas y, en cierta forma, el trámite de los niveles adquiere un matiz de apertura, en el entendido de que cada miembro del escuadrón es libre de contribuir a la tarea colectiva como mejor le plazca, si bien lo ideal será trabajar en equipo.

Los desarrolladores que jugaron conmigo hicieron énfasis en el hecho de que los botones izquierda y derecha del D-Pad, tendrían funciones importantes; uno de ellos, por ejemplo, activa un HUD en realidad aumentada que muestra puntos de interés y objetivos ―de haberlo aclarado desde el inicio, quizá la experiencia de juego no me hubiera resultado tan abrumadora en el comienzo―. Oprimir, por otra parte, los 2 hombros del control al mismo tiempo, activaba una función secundaria del armamento, y al ser abatido, mis compañeros acudieron a mi rescate.

Algo que no quiero dejar pasar es el tema de la presentación. Call of Duty: Advanced Warfare tenía un aspecto impresionante, mientras que Black Ops III, que corre en un motor gráfico diferente, se siente un poco deslavado y avejentado para tratarse de la tercera entrega de la franquicia en la generación en curso. Queda claro que, como bien nos compartió Vonderhaar, el enfoque estuvo más puesto en el tema de mecánicas que en el de gráficos. Juzgar el libro por su cubierta sería un error, pero este detalle es de resaltar.

MULTIPLAYER

Así es como pasamos al multiplayer que ahora, para ser francos, es como un híbrido entre Titanfall ―con carreras por las paredes―, Call of Duty: Advanced Warfare, gracias a los saltos dobles, y el ritmo más lánguido que ostentaban secuelas previas de la serie. El resultado es un título que se juega, la mayor parte del tiempo, sobre el suelo, pero que brinda verticalidad en la forma de dobles saltos con impulsores, los cuales permiten alcanzar balcones y azoteas en un parpadeo. Y algo que capturó mi atención fue que, en Black Ops III, maniobras como la del deslizamiento frontal sobre las rodillas y el mismísimo doble salto vienen con una barra de energía que se agota y regenera. Eso quiere decir que sólo puedes deslizarte o ascender tanto como lo permita dicha barra, lo cual añade una dosis de estrategia al desplazamiento.

Durante algunas de las pausas entre partidas, pude echar un vistazo a las clases y el diseño de loadouts, aderezados como ya es costumbre con el sistema Pick 10, y el regreso de las Wild Cards, que confiere muchísima profundidad al diseño del arsenal con el cual entras al campo de batalla. En mi sesión también activé scorestreaks típicos como el UAV y el asalto aéreo con la clásica tablet, pero no quedó claro si habría opción de personalizar los scorestreaks como en Advanced Warfare, lo que en su momento me pareció un buen toque.

La mezcla de todo esto fue, para mi gusto, un multiplayer más pausado que el de Advanced Warfare. Durante el último año, escuché a más de uno pedir precisamente esto. Yo difiero, pero tengo la certeza de que una fracción de los fans estará contenta de ver cómo Black Ops III aterriza el combate de nueva cuenta, a expensas de la inédita velocidad que Sledgehammer imprimió a la experiencia, y para un veterano de Titanfall como su servidor, resultó curiosa la naturalidad con la que trepé los muros para llegar a ventanas alejadas o para cruzar precipicios. Al hablar con Vonderhaar, afirmó que el desarrollo de Black Ops III estuvo libre de influencias externas directas, pero queda claro que las hubo.

Para redondear, Call of Duty: Black Ops III respeta el historial innovador de Treyarch al privilegiar los cambios de mecánicas, por sobre la presentación. El ritmo del juego se siente más pesado, pero los saltos dobles, los sprints sobre los muros y el concepto de aumentaciones se traducen en una experiencia singular, si bien un poco opaca en términos gráficos. Call of Duty: Black Ops III tiene identidad propia pero hay algo en él que también se siente reiterativo y un poco cansado. Habrá que esperar por el paquete completo que llegará el 6 de noviembre.