{"src_avatar":"https:\/\/cl2.buscafs.com\/www.levelup.com\/public\/uploads\/images\/35000\/35000_64x64.jpg","nickname":"Rodogonio","user_name":"Rodrigo Villanueva","user_link":"\/usuario\/Rodogonio","posts":1289,"theme":"default","cover":false,"status":true} por
{"src_avatar":"https:\/\/cl2.buscafs.com\/www.levelup.com\/public\/uploads\/images\/35000\/35000_64x64.jpg","nickname":"Rodogonio","user_name":"Rodrigo Villanueva","user_link":"\/usuario\/Rodogonio","posts":1289,"theme":"default","cover":false,"status":true}
Luego de un par de años de reinvención, Need for Speed está de regreso y tuve el gusto de probarlo esta semana en una presentación y un hands-on de varias horas que Electronic Arts organizó en sus oficinas centrales de Redwood Shores, California.
La idea consiste en que la franquicia de velocidad recupere su identidad. De acuerdo con el productor sueco Marcus Nilsson, el paso de los años provocó que los fans comenzaran a tener impresiones divergentes de lo que Need for Speed significaba. Para algunos era sinónimo de velocidad, para otros de choques espectaculares, para unos más, de personalización y al final, nadie parecía tener una respuesta clara de qué diablos era Need for Speed.
Con ello en mente, Nilsson —quien también lideró el desarrollo de Need for Speed Rivals─ propuso a Electronic Arts algo audaz: dar un año de descanso a la serie para que los miembros de Ghost Games se reagruparan y determinaran, con ayuda de la comunidad, qué significa Need for Speed. Así, el equipo sentó los cimientos para una nueva era.
Ghost Games acertó
El resultado es el reboot de Need for Speed que probé, cuyo concepto de inmediato remite a los días de Need for Speed Underground y Need for Speed Carbon, no nada más por el entorno urbano y la perpetua oscuridad que lo caracteriza, sino también por el énfasis en estilo y personalización. En ese sentido y luego de pasar 5 horas con el juego, puedo decir que Ghost Games acertó, pues la nueva entrega tiene un matiz clásico innegable y mucha personalidad.
La ciudad que sirve de contexto, Ventura Bay, está claramente inspirada por Los Ángeles, pero también fue modificada a fin de resultar más apta para la velocidad ─en la práctica, L.A. es una urbe llena de embotellamientos─, y su tamaño, de acuerdo con Nilsson, la ubica entre las más grandes de la serie.
Desde la óptica de la progresión, Need for Speed tiene 2 pilares: la Reputación —que es una forma elegante de denominar a la experiencia— y el dinero. Para sumar puntos de Reputación, es preciso que, como jugador, pongas en práctica una de 5 actividades asociadas con la esencia de Need for Speed: la primera, por supuesto es la conducción a velocidad; la segunda es el estilo que deriva de los derrapes y los grandes saltos; la tercera, correr acompañado, ya sea con amigos o NPC; luego viene el tuneo o Build; y finalmente, encontramos Outlaw, que consiste en romper la ley al manejar en contrasentido, al destruir todo lo que tengas al alcance y escapar de la policía, algo que, desde mi perspectiva, pasó a segundo plano en esta entrega.
Need for Speed es estilo puro
Si el espíritu de los Need for Speed de Criterion eran las colisiones, y de Rivals era el enfrentamiento de policías contra ladrones, Need for Speed es estilo puro. No importa qué hagas, siempre estarás sumando puntos de reputación que te permitan subir de nivel para desbloquear nuevas misiones, modelos y piezas que podrás comprar con el dinero obtenido al ganar carreras. No tiene mucha ciencia y permite una progresión ágil. En el lapso de 5 o 6 horas había ascendido a nivel 22 y tenía un Honda Civic Type-R 2000 sumamente modificado, así como un segundo carro que estaba empezando a desarrollar.
Algo muy interesante de Need for Speed es que confiere un carácter práctico y hasta necesario a las modificaciones que haces a tus carros. Es decir, no modificas un auto porque sí, sino porque de ello depende que pases o falles las misiones. Hasta donde pude apreciar, existen 2 tipos de competencia esenciales: de velocidad y de derrape ─ya en la reseña hablaré de si ello representa suficiente variedad─, y aunque al comienzo, un mismo carro basta para abarcar todos los desafíos, conforme progresas, se vuelve imperativo hacer ajustes al vehículo para que esté a la altura de los nuevos retos o comprar otros carros y darles nuevos enfoques. Es decir, Need for Speed es un juego que requiere inteligencia y planeación.
Para satisfacer esas necesidades, Need for Speed ofrece una muy amplia gama de mejoras. El título no alcanza el grado de minuciosidad de Forza Motorsport, pero de todos modos me sorprendió su profundidad. Puedes y debes upgradear todo, desde los filtros de aire hasta el sistema de enfriamiento, pasando por las barras estabilizadoras, las tomas de aire, el sistema de inyección de combustible y, por supuesto, el nitro, por mencionar algunas de las categorías.
Pero, a pesar de lo apabullante que puede sonar, Need for Speed hace un extraordinario trabajo desmenuzando cómo se traduce cada ajuste en términos de poder, adherencia o derrape para que al final del día sepas qué diablos estás haciendo con tu carro y no sea el típico: "pues moví esto pero no noto la diferencia". Y el cambio es evidente. De hecho, hubo una carrera que demandaba hacer una cantidad determinada de puntos vía derrape en muy pocas curvas y como no podía lograrlo con mi Civic, compré otro carro y lo modifiqué para que derrapara como patinador olímpico, aunque fuera más lento que una podadora... y funcionó, lo cual me hizo sentir como el hijo pródigo de Chip Foose. Sospecho que esto dejará a los fanáticos más añejos de la serie babeando de satisfacción ─por más horrible que se lea─.
De la mano de esto vienen los controles, porque aunque Need for Speed se apega al modelo de mandos estándar que es acelerar con gatillo derecho y frenar con el izquierdo, qué tan modificado esté tu carro impactará pronunciadamente en la sensación y lo responsivo de los controles. Pero existen 2 estilos básicos: conducción descontrolada y con derrapes, y conducción con adherencia, estable pero con derrapes breves. Si quieres reducir todo a la ley del menor esfuerzo, puedes hacerlo usando un slider que indica claramente si estás dando más peso a la adherencia o al derrape, aunque créeme: pasarán horas antes de que encuentres el balance exacto.
Ahora bien, las modificaciones no son nada más funcionales, sino también estéticas, con un enorme repertorio de calcomanías, desde las clásicas de marcas de autopartes hasta aquellas que pasarían por tatuajes, incluyendo figuras simples y capas para hacer composiciones. Es decir, si lo que buscas es personalización y estilo, Need for Speed te volará la cabeza, de eso no hay duda. Y lograr que tu carro parezca salido de una película de Fast and Furious es fácil y rápido.
En lo concerniente a presentación, Need for Speed es un manjar visual. Los efectos de luz en la ciudad, la forma en que resbalan las gotas sobre el chasis de los autos y las llamas azuladas que salen por el escape cuando oprimes el botón de nitro, son sólo una muestra de lo versátil que resulta el motor Frostbite 3, capaz de desplegar espectaculares paisajes de fantasía u oscuras ciudades. Cabe acotar, al margen de los gráficos, que Need for Speed revive el viejo arte de los interludios cinematográficos live action (con actores de carne y huesto), lo cual obedece, de acuerdo con Marcus Nilsson, a la necesidad de mantener intacta la identidad de los personajes y es que Need for Speed tiene historia. Existen 4 pintorescos protagonistas que representan cada una de las actividades clave que listé párrafos atrás ─el quinto es secreto─. Y, fiel al estilo de todo mundo abierto, ellos se ponen en contacto contigo a menudo para darte misiones que despliegan en el mapa con íconos de colores. Ya hablaremos después de qué tan bien logradas están las actuaciones y las escenas, pero por lo pronto, baste con decir que esta presentación abona a reafirmar la identidad de Need for Speed.
Ahora bien, el juego ─y es importante mencionar que probé la versión final─, tiene sus imperfecciones, pero no pude probar el componente online, el cual juega un rol profundo en la experiencia, así que hasta no echar un vistazo al paquete completo, no será factible sacar conclusiones. Dicho eso, considero que Ghost Games está perfilado para cumplir su meta principal: devolver la identidad a Need for Speed y traer de vuelta los días de gloria de la velocidad bajo las luces de neón. El próximo martes tendremos para ustedes la reseña completa, así que permanezcan atentos.
Comentarios
Mejores
Nuevos