OUYA, la consola F2P de $99 USD

Un proyecto que promete revolucionar la industria


Tan grande como iPhone

OUYA podría ser tan intrusivo en la escena de las consolas como el iPhone en el ámbito de los teléfonos celulares, y así, Boxer8 podría cumplir su cometido de alterar el curso de la industria al ofrecer una combinación ganadora de bajo precio, componentes que puedan competir y apertura. No obstante, una vez más, la cosa es un poco más complicada. Como ejemplo tomemos el argumento que se despliega como titular en Kickstarter: “todos los juegos de OUYA serán free-to-play”, lo cual no significa que todos vayan a funcionar bajo dicho esquema, sino que el requerimiento esencial para publicar un juego en la consola es que algún componente se ofrezca de manera gratuita, sea un demo, un par de niveles, o en caso de que el desarrollador así lo desee, que efectivamente recurra al F2P. Pero la filosofía permanece: se trataría de un ecosistema que beneficie al consumidor.

Esto suena prometedor, mientras no se convierta en un festival freemium en el que reinen las baratijas. De acuerdo con Gerry Sakkas, director general de PlaySide Games –autores de Catch the Ark para iOS–, los títulos freemium no funcionan del todo en consola, debido a que el jugador no está ahí 24 horas, 7 días a la semana: “la razón de que funcionen tan bien en móvil y Facebook, es que accedes cuando puedes, y entretanto se generan cambios que esperan tu regreso”. Al final, depende de la disposición de los desarrolladores, pues si les parece atractivo no habrá limitantes, pero para que eso suceda OUYA deberá ser una oferta de negocios viable que compita con el flujo constante de dinero que los smartphones o Facebook ofrecen en este momento.

Las herramientas ya existen, el desafío es aprovecharlas debidamente. Sakkas, que hace pocos años fue director de desarrollo en Visceral Games, dejó las grandes producciones para crear su propio estudio enfocado en propuestas para móvil. Con ese antecedente, el veterano comprende el funcionamiento de ambas facetas de la industria, y al respecto argumenta que “los grandes estudios seguirán invirtiendo de $30 a $100 millones de dólares en títulos para consola; los desarrolladores independientes, por su parte, no tienen esa cantidad de dinero, de ahí que produzcan para móvil, pero tener un terreno más fértil como OUYA abre nuevas posibilidades.” Para muchos desarrolladores la presencia de una consola con tal apertura es la oportunidad ideal para construir experiencias más complejas, con historia profunda y que se basen en largas sesiones de juego, sin la preocupación de que la gente esté jugando una obra épica esperando en la fila del cine. Según referencias de Epic Games, los títulos para móvil se confeccionan sobre la base de intervalos cortos que el consumidor pasará frente a la pantalla, de ahí que aún cuando Infinity Blade: Dungeons se convierta en dungeon crawler, conserve un poco de la fugacidad de su predecesor.

Julie Uhrman, directora del proyecto, sabe que Boxer8 debe estar al nivel de las expectativas y cumplir sus compromisos; afirma que han trabajado en eso mucho tiempo y que están conscientes de lo que implica llevar a cabo el proyecto
Julie Uhrman, directora del proyecto, sabe que Boxer8 debe estar al nivel de las expectativas y cumplir sus compromisos; afirma que han trabajado en eso mucho tiempo y que están conscientes de lo que implica llevar a cabo el proyecto

Incapacidad tecnológica

Definitivamente OUYA no competirá en tecnología con las consolas actuales, mucho menos con los modelos que Nintendo, Microsoft y Sony lanzarán en fechas próximas. El poder que brindan los cuatro núcleos del procesador Tegra 3 de Nvidia, es potencia relativa; sí, permitirá emitir una señal de video de 1080p, pero tiene un chip de bajo rendimiento. Vamos, incluso en comparación con la vanguardia de los smartphones, no es de lo más avanzado. El RAM podría compensar los detalles, asegurando un amplio margen para numerosas texturas en alta definición, pero sin un procesador que las reproduzca satisfactoriamente en pantalla, no tiene caso el excedente de memoria.

Para Randy Pitchford, director de diseño de Borderlands 2, los números no cuadran, aún si Boxer8 planea cobrarle una tarifa a cada desarrollador por los ingresos que genere en OUYA. “Dicen que venderán la consola en $99 USD. Un millón dividido entre 99 da como resultado 10,000 unidades. Imaginemos que el margen de ganancia del hardware sea de $10 USD, que me parece exagerado, considerando lo que se ofrece. $10 dólares, multiplicados por diez mil unidades, resultan en $100,000 USD. Con eso puedes pagarle a dos personas, durante dos meses. Eso no es un negocio. Si acaso sería el inicio para conseguir una inversión más sustancial.” Según Julie Uhrman, el millón inicial que solicitaban en Kickstarter, consideraba todos los gastos posibles, y no hay intención de buscar más financiamiento, así que dándoles el beneficio de la duda, tal vez ya tengan todo su plan realmente bien pensado, pero si no, simplemente obedecería a una tendencia presente en varias de las propuestas de Kickstarter.

Si jugamos con la posibilidad de la existencia de OUYA, habrá que poner los números en perspectiva. Primero los datos duros: el proyecto ha recaudado $5.4 millones de dólares con ayuda de 42,000 personas. Puede parecer una cifra impresionante… si se trata de hacer libros, pero hablamos de una consola con enfoque en el modelo F2P, en cuyo caso apenas podría tomarse en cuenta para estudios de mercadeo, ni se diga considerarlo para una base fija de consumidores. Cabe recordar que aún los juegos más exitosos rara vez llegan a más de 10% de la audiencia base de una consola –si acaso con excepciones como Wii Fit–, si a eso sumamos que una de cada 20 personas que juegan Free-to-play pagan por contenido, la viabilidad se reduce a una burla. Siendo optimistas, OUYA alcanzará a más de 42,000 personas, pero el argumento queda más que establecido: el apoyo es apenas un fragmento mínimo de lo que necesita una consola para triunfar.

OUYA parece un producto de ensueño, respuesta al clamor de la gente por una consola novedosa en esta sequía de nuevas tecnologías; aún debe vencer numerosos desafíos, algunos todavía sin contemplar, pero de lograrlo sería un producto sumamente interesante
OUYA parece un producto de ensueño, respuesta al clamor de la gente por una consola novedosa en esta sequía de nuevas tecnologías; aún debe vencer numerosos desafíos, algunos todavía sin contemplar, pero de lograrlo sería un producto sumamente interesante

En cuanto a requerimientos, la librería de una plataforma es la columna vertebral de su éxito y aunque los fabricantes tienen la certeza de que legiones de fans les son fieles, todo gira en torno a la oferta de entretenimiento. Incluso la tecnología de Nintendo vende por los juegos que contiene, y como evidencia están los complicados primeros meses en el mercado del 3DS. Así, sería difícil imaginar que una persona compre una consola únicamente por la filosofía que encierra, y por eso es evidente que la afición que respalda OUYA está en espera de que contenga una robusta colección de títulos, sean independientes o propuestas de más renombre. El problema es que Boxer8 tiene que convencer a los desarrolladores de que tendrán un público amplio que consuma sus juegos, y también será necesario que seduzca a la audiencia de que se habrá títulos variados e interesantes. No se trata de ser pesimistas, pero la realidad es irrevocable, pues aunque logre tener una audiencia masiva, la pequeña compañía necesita solucionar el reto de la manufactura en masa, encargarse de la distribución, ofrecer soporte técnico, recurrir a la mercadotecnia y poder cubrir todos los gastos que simplemente se salgan del presupuesto.

La situación en torno a OUYA es en exceso complicada, pero la tecnología en sí misma y el concepto lucen brillantes, se trata de una idea ingeniosa que, de llevarse a cabo, brindará interesantes resultados. Es probable que no se haya una revolución, y en definitiva necesita más que una prometedora premisa para cambiar el esquema de las consolas tradicionales que durante tantos años ha sostenido a la industria. Lo irónico es que tanta expectativa y tanta emoción podría ser precisamente la condena de OUYA, pues en lugar de disfrutarla por lo que es, una plataforma con una propuesta diferente, la opinión pública probablemente la juzgue por no estar a la altura de las expectativas.

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