Cómo enseñé a trollear a mis amigos en Left 4 Dead 2

La culpa de la toxicidad la tienen los jugadores experimentados


El fin de semana pasado recibí una invitación a jugar Left 4 Dead 2 y como era viernes por la noche y no tenía algo mejor que hacer, la acepté. En el lobby multijugador esperaban varios miembros de la comunidad de LEVEL UP que estimo mucho: nose, Maximilian y Chorizard. Debo confesar que tengo mucho tiempo sin jugar y aunque las habilidades que alguna vez tuve no tardaron en regresar, aquel primer mapa nos pareció una gran tarea y la reiniciamos al menos una vez. Al final de una secuencia, 2 jugadores se apresuraron a llegar al Safehouse mientras otros 2 seguíamos combatiendo. A unos cuantos metros de la puerta roja que marca el refugio, una de las personas que se encontraba adentro, abría y cerraba la puerta sin cesar, una y otra vez. De acuerdo con la física del juego, abrir y cerrar la puerta evita que los jugadores puedan entrar, así que me quedé rodeado de zombies y sin poder cruzar el umbral hasta que caí abatido con mi desafortunado compañero. Algunas risas y reclamos se escucharon en el chat de voz de Steam donde dije: "lo chistoso es que yo les enseñé eso".

Hay que recordar que el multijugador de Left 4 Dead es peculiar; en una de mis modalidades favoritas combaten 2 equipos de 4 jugadores. El primero representa a los sobrevivientes de la historia principal y el segundo utiliza a los zombies especiales. Aunque no lo parezca, el modo Versus es muy táctico y perdona pocos errores; por ejemplo, un ataque mal coordinado de los zombies puede abrir el camino para que los sobrevivientes ganen por puntos. Hace años jugué exhaustivamente el Versus de Left 4 Dead 2 y hasta probé modalidades "profesionales", donde únicamente tienes píldoras de salud, las armas se limitan a Tier 1 y en cada escena hay un Tank.

Coordinación para ganar
Coordinación para ganar

Me atrevo a decir que aprendí a jugar Left 4 Dead de la forma más difícil posible, en el modo adversarial competitivo, por lo que poseo un poco más experiencia que el resto de quienes disfrutan la experiencia de supervivencia en la campaña tradicional. Como imaginarás, la dificultad normal me parece muy fácil, así que en ocasiones reto a mis amigos a jugar en avanzada y los trolleo. Esto va desde no salvarlos cuando están en peligro y correr sin parar hasta el final del mapa para salvarme hasta abrir y cerrar la puerta para impedir que entren en algún lugar; en más de una ocasión mostré mi lado oscuro y peor aún, disparé a un compañero herido para incapacitarlo y convertirlo en una atracción para los zombies. Lo que no sabía es que todos ellos son unas esponjas que después emularían mi comportamiento.

En la partida del viernes el asunto de la puerta que impide ingresar en el Safehouse se repitió varias veces entre otros incidentes, pero al final del día terminamos los mapas con pocos contratiempos. Lo curioso de esa sesión de juego en relación con las de meses atrás, es que ahora mis queridos discípulos de Left 4 Dead 2 son jugadores diferentes, más experimentados y con algunos ases y mañas bajo la manga, así como con actitudes tóxicas difíciles de reparar. Encontré en extremo desesperante su conducta, lo que me puso a reflexionar lo que pudo ser para ellos jugar conmigo cuando tomé a la ligera el juego y los hice víctimas de mis trolleos. Puedo decir que superaron al maestro.

Para fortuna de todos, la verdadera diversión en Left 4 Dead 2 está en la forma como se supera cualquier tipo de adversidad creada por los mismos participantes o por la inteligencia artificial. A partir de esos trolleos tenemos recuerdos inolvidables, sin embargo, no sucede lo mismo en otros títulos que tienen contexto competitivo. De antemano, algunos exponentes en línea son mazmorras de conductas tóxicas irreparables; para muestra, pide a algún jugador de League of Legends que describa su experiencia en línea o a un fan de Call of Duty que te diga cuándo fue la última vez que escuchó alguna majadería al jugar.

Lo que aprendí el fin de semana pasado en Left 4 Dead 2 es que los jugadores experimentados en cualquier título competitivo tienen el impacto para mejorar la calidad de las experiencias en línea para las generaciones venideras. Es cuestión de que estos usuarios tengan tacto y entiendan la situación: un novato está formación y lo que aprenda lo reflejará en el futuro con otros usuarios; si la experiencia de los nuevos fue tóxica, lo más obvio y seguro es que repita lo vivido con otros newbies.

Pon la mano en el corazón y confiesa si no has trolleado por diversión o por venganza. Confieso que lo he hecho y reflexionando sobre el tema, soy parte del problema: he feedeado a mis enemigos en League of Legends y cuando gano la partida digo en el chat "gg ez". Me quejo de los rusos en Dota 2 cuando me dicen cómo jugar o a cuál personaje usar. Por otra parte, no soy tan malo: no abandono las partidas en línea cuando pierdo y siempre doy el beneficio de la duda a mis oponentes, es decir, no reclamo que sean tramposos.

Hay que confesarlo, todos tenemos el gen del troll. Si has enviado un mensaje amenazador cuando pierdes una partida de FIFA en Xbox LIVE o PlayStation Network, no te culpo. Si abusas del chat de voz y gritas mientras profanas a tus enemigos con la sentadilla de la victoria en Halo 4, tampoco tienes la culpa; es parte del comportamiento en línea. La propuesta es que tengas moderación y pienses que los nuevos jugadores heredarán las experiencias en línea que dejarás atrás.

Recuerda que lo peor que puede hacer un buen jugador es burlarse y trollear a un novato porque sólo generará un círculo vicioso que difícilmente se romperá. Al final del día, la sabiduría del viejo proverbio es clara: "No hagas a otro lo que no quieras que para ti". Es muy sencillo, si no me gustó ser víctima de los trolls en Left 4 Dead 2, no hubiera enseñado a mis amigos a trollear. Te invito a reflexionar, ¿has trolleado a otros en juegos en línea?

Piensa en los novatos
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