"Exclusivo para Xbox One y PC" fue la frase más repetida en la conferencia de Microsoft en E3 2016. Tras un muy bienvenido anuncio del Xbox One S, los fans veían atónitos como exclusiva tras exclusiva de Xbox One, pasaba a estar disponible en PC con una simple frase: Gears of War 4, Killer Instinct, Scalebound y prácticamente todo lo que vaya a salir para el Xbox One. El asunto causó un acalorado debate entre los fans: ¿vale la pena tener un Xbox One a estas alturas, cuando todo el contenido de la plataforma estará disponible en PC? ¿Se acabaron las exclusivas para Microsoft? Encima, la conferencia concluyó con una sorpresa que se veía venir: la confirmación de Project Scorpio, la consola más poderosa de la historia, con 6 teraflops de capacidad. ¿Esto confirma la obsolescencia de Xbox One? Para entender esta estrategia, es necesario recordar a nuestros lectores cuál es el plan de Microsoft en estos momentos y cuál es la prioridad para la compañía.
Como todos sabemos, los orígenes de Microsoft como compañía de gaming están con la PC. El port de DOOM para Windows 95, Ensemble Studios y el primer Halo surgieron en el entorno de la verdadera plataforma universal de Microsoft: Windows. Xbox surge como un "deterrente" contra Sony, que en esos momentos amenazaba con apoderarse del entretenimiento y la tecnología gracias al PlayStation. Es así como Microsoft entra al mercado de consolas como un fabricante más, con las características típicas de la industria: exclusivas, íconos, alianzas con estudios y mucho más. El resto es historia, y Xbox es uno de los pilares del gaming. Pero con el tiempo el mundo ha cambiado, y parece que Microsoft quiere volver a sus orígenes.
Microsoft es una compañía de software. Su fortuna está con el desarrollo de sistemas operativos y paqueterías, no con la venta de dispositivos (a pesar de Windows Phone y Surface). Es natural que, llegado el momento, la compañía decida fortalecer no sólo unificar sus plataformas sino fortalecer aquello que ha creado su fortuna: su entorno de plataformas de software, entre las cuales las más importantes en términos del gaming son Windows 10 y su API Gráfica, DirectX. De hecho, Xbox se llama así porque es la plataforma donde juegas en el entorno de DirectX, la X alude a la API de Microsoft. En el fondo, a nivel industria, el negocio es Windows; el negocio es DirectX, mientras que Xbox One es parte de dicho negocio.
Por otro lado, esto no es una sorpresa en lo absoluto. La consola se llama XBOX ONE, es decir, la unificación de las plataformas de gaming de Microsoft. La tendencia de la compañía, no sólo en gaming, sino en tablets, teléfonos y PC, ha sido la sinergia. Esto ha ocurrido porque la competencia que Microsoft encara en todos los frentes es feroz: sus tablets compiten con Samsung, sus teléfonos y PC con Apple, su consola con Sony. Microsoft tiene una gran ventaja: Windows, el sistema operativo más popular del mundo. Para competir en mercados tan diversos, la sinergia debe venir de la verdadera y única plataforma de Microsoft: Windows 10. Gracias a dicha unificación, Microsoft podrá competir en cualquier con versatilidad en cualquier frente del gaming: móviles, PC y consolas, teniendo en sus manos, por ejemplo, al videojuego más exitoso de la actualidad, Minecraft, lo mismo que franquicias más core como Halo o Gears of War.
¿Cuál es la desventaja? Bueno, Microsoft no pensó demasiado en la guerra de consolas al pensar su estrategia. Y es que, para los fans, una de las cosas más importantes es poder afirmar ante los usuarios de otra compañía que su plataforma tiene exclusivas. Si no, ¿qué caso tiene? Sony tiene sus UUNCHARTED y The Last of Us, Nintendo tiene sus Marios... pero, ¿qué pasa cuando Marcus Phoenix y el Master Chief vuelven a la PC? Aunque el asunto pueda ser desestimado por la prensa profesional (harta de la guerra de fanboys), el consumidor promedio se puede ver tentado a pasarse a la PC, y con mucha razón.
En estos momentos, la PC tiene prácticamente todos los grandes títulos AAA del presente. Ya sea The Witcher 3: Wild Hunt, Fallout 4, Call of Duty o Battlefield, los grandes estan allí. Incluso el propio Xbox LIVE tendrá crossplay con Windows 10 y podrá ser disfrutado en dicho sistema operativo, lo mismo que Steam, GoG u Origin. Entonces, ¿qué ventaja representa limitarse a Xbox One? Al menos en términos de juegos y desempeño, ninguna. PC y Scorpio cumplen el trabajo.
Sin embargo, hay una ventaja clara del Xbox One ante la PC: el precio y la accesibilidad. Una PC de gama media sigue estando por encima de Xbox One en precio, al menos para el público que no está familiarizado con el ensamblaje y armado de una PC (la mayoría del público), mientras que nada supera a la comodidad de insertar un disco y disfrutar de tu juego sin muchos más problemas. Por lo tanto, en cierto modo la consola tiene su propio nicho: la accesibilidad, la comodidad y el precio. Lo que podemos inferir es que Microsoft está pensando en una imagen más amplia del mercado.
El propio Phil Spencer dió esta conclusión a la presentación de Microsoft: "Mientras el ecosistema de consolas es más fuerte que nunca, la mayoría de nosotros jugamos en múltiples dispositivos: queremos un mundo (...) en el que puedas jugar sin fronteras, un mundo más allá de las generaciones". Para Microsoft, el mundo de las consolas tradicionales ha terminado. El hardware se actualizará rápidamente, como si se tratara de un celular; el software será compatible en múltiples plataformas a la vez.
El gran problema, al menos en la opinión de este editor, es que Xbox One se quedó trágicamente en medio, casi sobrando. PC y Project Scorpio lo sobrepasan en todo. Aunque Microsoft no quiera admitirlo, esto representa la obsolescencia de la plataforma, que lleva en el mercado un tiempo de vida relativamente corto. Sí, es verdad que todos sus juegos serán compatibles, y que el nuevo ecosistema de software integrará todo, pero lo cierto es que se siente como si los consumidores que compraron el Xbox One original hubieran sido dejados atrás. Libertad total, como dijo Phillip Spencer: pero quizá demasiadas opciones, en especial pensando en los consumidores leales que apoyaron el lanzamiento original de la plataforma.
¿Qué pasará en el futuro? Parece que el gaming se enfila a un modelo semejante al del mercado de celulares, en el que un modelo nuevo reemplaza al anterior en muy poco tiempo, y los consumidores del anterior dispositivo se ven obligados a actualizar constantemente. ¿Qué tan acertada es esta estrategia? No podemos saberlo, pero suena a algo incómodo. Sin embargo, las cosas han cambiado. El futuro está aquí. Adiós exclusivas de Microsoft. Hola unificación. Adiós consolas de larga vida. Hola, Project Scorpio. En fin, al tiempo.
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