El mercado de la PC es reñido y brutal. Cada temporada las compañías hechizan a los usuarios con equipos que prometen el cielo y las estrellas, pero en ocasiones se quedan cortas y no entregan lo que prometen. En el caso de AMD, recientemente presentó una nueva familia enfocada en el mercado del PC Gaming y el cómputo de alto desempeño, lo cual representa su regreso a la competencia después de casi 2 años. A pesar de que el lanzamiento es relativamente tardío, estamos emocionados por probar el equipo y nos preguntamos si la compañía tiene lo necesario para competir en el caprichoso mercado de hardware para entusiastas. ¿Cumplirá las altas expectativas que tenemos de este equipo?
Lo primero a notar sobre la RX Vega es el diseño. Con un cincelado familiar, RX Vega emplea las líneas generales de la serie RX 480 y RX 580, pero tiene mayor tamaño. Este modelo pertenece a la categoría Premium —sus hermanos quizá no— por el tipo de manufactura. Este detallese observa en la placa trasera de aluminio, en el hecho de tiene un ventilador en forma de turbina y que el tacómetro gráfico (que muestra con LED la carga de trabajo) cambia de color con un pequeño interruptor. Hablamos de la más alta manufactura.
La construcción Premium también se refleja en la tecnología basada en Vega 10. En aspectos técnicos, la RX Vega ofrece un total de 64 Compute Units, 4096 streamprocessors, 256 TMU y 64 ROP con una frecuencia base de 1247 MHz y en modalidad turbo, 1546 MHz. Estas tarjetas de video se caracterizan por 2 módulos de memoria HBM2 que tienen una interfaz de 2048-bit y una tasa de transferencia de 410 GB/s. En teoría, este arreglo de memoria tiene como objetivo imprimir mayor eficiencia energética en comparación con la GDDR5.
En resumen, las bondades de la arquitectura Vega consisten en una agresiva actualización tecnológica que ofrece desempeño de 13 TFLOPs en operaciones sencillas de punto flotante. Este tremendo poder de procesamiento es útil para mejorar la ejecución de los juegos con mayor demanda gráfica. La arquitectura emplea 64 unidades de cómputo de siguiente generación con un nuevo diseño de procesamiento de datos que sirve para acelerar la tarea de procesamiento de una amplia variedad de efectos de iluminación procedural y efectos de postproceso sin afectar la calidad de imagen.
La arquitectura Vega emplea un sistema mejorado de tubería gráfica que procesa una cantidad mayor de y entrega el doble de desempeño geométrico por ciclo de proceso con el propósito de que las escenas en 3D luzcan más detallas y complejas. Asimismo, el nuevo sistema de rasterizado mejora la tasa de relleno de pixeles y reduce el sobregiro, lo que hace más eficiente el renderizado y amplíala capacidad para incrementar la calidad gráfica. Esto mejora la tasa de cuadros por segundo cuando se dibujan escenas complejas encima de otras.
Por otra parte, el nuevo sistema de memoria de la arquitectura de Vega remueve limitaciones relacionadas con la capacidad de la memoria en GPU tradicionales. Esto es posible gracias a un flujo de memoria que fue ajustado a la perfección con controlador de caché de ancho de banda de gran capacidad (HBM) para permitir a los diseñadores trabajar con modelos con más detalle y mayor cantidad de ellos en tiempo real. Esta familia de tarjetas de video emplea la más alta tecnología de memorias HBM2 como un caché súper veloz de memoria. Las capacidades de caché de Vega permiten acceso eficiente a cientos de terabytes de memoria gráfica y eso convierte al equipo en una alternativa ideal para trabajar con cargas masivas de texturas y objetos 3D.
Pruebas de rendimiento
Para nuestra ronda de pruebas configuramos la RX Vega junto con un procesador Intel Haswell E, i7-5820K, con 16GB en RAM y la versión más reciente de Windows 10 con sus respectivos controladores gráficos recientes. Hay que aclarar que exigimos lo máximo al equipo, lo cual da una idea más clara de sus capacidades, pero no representa un escenario de gaming ideal. De esta forma, es totalmente factible obtener mejores resultados una vez que cada juego y aplicación se afina cuidadosamente activando y desactivando funciones gráficas para que el equipo cumpla con las expectativas específicas de cada usuario.
Cuando analizamos las capacidades del equipo encontramos que la RX Vega es una tarjeta de video competente en la mayoría de los departamentos. En juegos con una resolución 1920×1080, en su configuración gráfica al máximo, el conteo de cuadros por segundo tiende a situarse —y en algunos casos a superar— la marca de 100 fps, promediando 140 entre todas las pruebas. Esta métrica es útil en diversos escenarios, por ejemplo, cuando se emplea un monitor con tecnología FreeSync de —al menos— 144 Hz de operación. Esta tecnología, como sabes, sincroniza los fotogramas que arroja la RX Vega con la tasa de actualización del monitor para que el usuario tenga una experiencia real fluida aprovechando las fluctuaciones de cuadros en tiempo real.
En 1440p o 2560×1440 la dureza de las pruebas apenas comienza a cobrar factura a la tarjeta de video, pero nada de lo que debamos preocuparnos. El promedio de fps se sitúa en 100, lo cual nos habla de que este equipo es ideal para una máxima calidad gráfica a una resolución de 2K. Son muy pocos los ejemplos de juegos que demandan mayor poder de procesamiento, como TheWitcher: Wild Hunt y Deus Ex: MankindDividided, pero creemos que con un rápido ajuste de las opciones de video puede lograrse un conteo superior manteniendo la calidad de video.
Cuando subimos la apuesta a 4K la RX Vega quedó corta, pues mostró un promedio de cuadros por segundo inferior a 60, lo cual representa el valor mínimo de jugabilidad, subjetivamente. En este sentido, la tarjeta de video tiene algunas capacidades de 4K, sin embargo, son necesarios diferentes ajustes gráficos para lograr un conteo de cuadros por segundo estable.
Uno de los últimos aspectos a revisar sobre la tarjeta de video son la temperatura de operación y el nivel de ruido. Durante las rondas de prueba mantuvimos el equipo en reposo para registrar los detalles de funcionamiento y nos sorprendió su desempeño porque es uno de los equipos dentro de su categoría más silenciosos en el mercado; es apenas perceptible en una configuración con gabinete abierto y resulta prácticamente imperceptible cuando se encuentra cerrado. Durante esta fase, la temperatura del equipo se mantuvo cerca de 30°C.
Sin embargo, el funcionamiento del equipo contrasta cuando se exige a RX Vega operar a su máxima potencia. Durante esta carga de trabajo, que además es improbable porque es una prueba de estrés, las curvas a de disipación de calor entraron en marcha y dispararon la actividad del ventilador para hacerse notar y resultar molesto, incluso detrás de la tapa del gabinete instalado; esto ocurre cuando la temperatura asciende a 80°C e, incluso, un par de grados más (nuestro registro máximo fue (83°C).
Cabe mencionar que esta prueba de desempeño se realizó con la configuración “Performance” de WattMan, utilería de AMD que configura los detalles íntimos del equipo, así que las lecturas de temperatura y sonido pueden variar con otros ajustes.Entendemos que la prueba fue desafiantey el sentimiento general es que RX Vega es un equipo un tanto eficiente, pero también ruidoso.
Conclusión
El trabajo de AMD con la nueva arquitectura es recomendable por ofrecer buen desempeño, pero sólo en ciertos escenarios de gaming; este equipo es ideal para el jugador que quiere lo máximo de su equipo bajo resoluciones de 1080p y 1440p. Sin embargo, cuando elevamos la apuesta a la última frontera del gaming, 4K, la demanda de la actividad pasa factura al equipo y afecta su relación final precio-desempeño.
También es necesario tener en cuenta que la tecnología interna de Vega es de la más alta vanguardia. Llega un punto dentro de su desempeño que los componentes internos e intimidades de la arquitectura no se aprovechan al 100%. Esto podría cambiar con el tiempo, con el apoyo de AMD y la atención al segmento de los juegos en PC. No sólo basta con liberar nuevo hardware. Es necesario ensuciarse las manos y apoyar a los desarrolladores con la optimización de los juegos. Nvidia hace un buen trabajo en este sentido, pero AMD no se queda en atrás: en fechas recientes, cada vez es mayor la oferta de juegos optimizados para la arquitectura Vega que aprovechan lo mejor de DirectX 12 y Vulkan.
La incursión en el cómputo de entusiastas por parte de AMD ocurre en un periodo accidentado y tarde: 15 meses después del lanzamiento de la arquitectura Pascal de NVIDIA, así que no puede negarse la brutal competencia que representa el equipo verde y que afecta la tracción de Vega en el mercado. Simplemente no puedendejarse pasar por alto ofertas que podrían entregar 10% menordesempeño por un puñado de dólares menos.
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