Coleccionar videojuegos: ¿conservación o manía?

A muchos nos gusta acumular cosas y queremos más y más. Con los videojuegos pasa lo mismo


A muchos nos gusta acumular. Almacenamos fotografías, cartas, calcetines, gorras, etc. Conforme la colección va creciendo, sentimos una satisfacción que nos lleva a querer tener más y más de esos artefactos que tanto nos gustan. A veces hasta tomamos tiempo para darles mantenimiento y tenerlos siempre en buen estado. Con los videojuegos pasa lo mismo. Aquellos que tenemos el gusto de clavarnos en este costoso pasatiempo sabemos que hay colecciones que, al verlas, nos hacen babear, aunque no podamos jugarlos, ya no digamos tener todos esos títulos.

¿Para qué coleccionar tanto juego?

La colección más grande de videojuegos actualmente es propiedad de Antonio Romero, la cual incluye más de 20,000 elementos que van desde colecciones completas de todas las consolas de SEGA hasta rarezas que sólo se lanzaron en Japón, como el 64DD que funcionaba en conjunto con el Nintendo 64. Aunque se dice fácil, es muy padre escuchar a este personaje decir: aquí está la colección completa de títulos de SEGA Genesis lanzados en Norteamérica y por acá está la de Super Nintendo también.

Romero dice que si tiene tantos juegos es porque los ama. Más allá de eso, existen algunos proyectos en los que la recopilación de estas obras tiene como objetivo su conservación. Te recomiendo que le eches un ojo a The Video Game History Foundation, organización sin fines de lucro dedicada no sólo a catalogar y preservar, sino también a documentar la historia de los videojuegos, lo cual le agrega un valor especial. También puedes visitar, en Washington, D. C., la colección permanente del Smithsonian, que, además, sigue creciendo. Si viste la serie Bones, seguro has oído hablar de este lugar y de las muchas cosas interesantes que se pueden ver ahí.

Hay quien dice que se trata de una inversión. Las colecciones completas de cualquier cosa se pueden vender como oro molido, sobre todo cuando cuentan con objetos que no se pueden conseguir fácilmente. Se me viene a la mente el famoso cartucho dorado de Nintendo World Championships, que es de los más codiciados del NES y del que nada más hay 26 copias, por lo que está catalogado como el videojuego que se vende al precio más elevado actualmente (más de $100,000 USD). Otros ejemplos incluyen Gamma Attack de Atari 2600, del cual supuestamente sólo existe una copia y Stadium Events para NES.

"Las colecciones completas de cualquier cosa se pueden vender como oro molido"

El coleccionismo es más atractivo cuando sabes que se pueden conseguir cosas raras que todos quisiéramos tener. Es algo que ha crecido tanto que incluso hay sitios en Internet, como PriceCharting, que te ayudan a decidir en dónde comprar esos juegos que tanto buscas y a encontrar el mejor precio. Te muestra cuánto cuesta el título en distintos sitios, como Amazon o eBay. Digamos que es como un Trivago para gamers. Si te interesa entrarle a esto de coleccionar, te recomiendo que le eches un ojo.

Más allá del dinero, el valor histórico o la posible ganancia al revender estos codiciados artefactos, creo que hay mucho ego de por medio. Habrá quien diga: quiero tenerlo. Tal vez mi colección no sea tan grande como la del vecino de enfrente, pero tengo joyas que él no, lo cual me hace mejor que él. ¡En tu cara, vecino con miles de juegos!

¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por ellos?
¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por ellos?

El valor sentimental

Mi modesta colección de cartuchos de NES consta de 25 títulos. En el momento estelar de la consola nunca tuve tantos, sino que los he ido consiguiendo con el paso del tiempo. ¿Estoy planeando revenderlos en algún momento? No. Entonces, ¿por qué los compré? Porque, más allá de que sean buenos juegos o no, me recuerdan esos días de gloria en los que la pregunta “¿tienes Nintendo?” era obligatoria. Los 3 Marios, Simon´s Quest y Contra son sólo algunos ejemplos de ese viaje al pasado que de vez en cuando me gusta hacer. ¿La colección crecerá? No lo sé, dependerá de mi humor y de mi cartera.

"¿La colección crecerá? No lo sé, dependerá de mi humor y de mi cartera."

Más allá del corazón, el querer tener todo de todo puede ser peligroso e incluso volverse una enfermedad, como el hoarding. Si notas que la montaña se está haciendo muy alta, te recomiendo que organices mejor tus consolas y juegos. Tal vez sea necesario deshacerse de algunas cosas, aunque duela. Es importante que tu espacio vital siga siendo adecuado para ti y para quienes viven contigo. Así evitarás que tu mamá te tire a la basura la colección completa de revistas Club Nintendo o la de Amiibo que tanto te ha costado armar.

La nostalgia está relacionada muy de cerca con nuestros recuerdos. En los últimos años ha tomado mucha fuerza por el acceso que tenemos a tanto contenido y en tantos formatos. En muchos casos podemos revivir casi de manera exacta esos momentos que nos hacen sentir cada vez más vie… experimentados. Como sabrás, las colecciones de aniversario están a la orden del día y seguramente seguirán llegando. La de Contra y la de Castlevania me resultan muy atractivas. ¿Cuál te gustaría tener o que fuera anunciada?

Mi colección: modesta, pero sustanciosa
Mi colección: modesta, pero sustanciosa

¡Lo necesito en mi vida!

No importa si no lo usas o si acaba guardado en algún lugar olvidado, esa sensación de saber que lo tienes es incomparable y materialista de manera enfermiza. Sucede lo mismo con los álbumes de estampas. Generan un placer extraño pero, una vez que los completas, se pierden en las profundidades de algún cajón o terminan incluso en la basura.

"Piénsalo, ¿cuántos de los juegos que tienes, que ya jugaste y conoces a la perfección piensas volver a jugar?"

Existen algunos títulos que me encantaría tener sólo por el gusto, como Super Noah’s Ark 3D para SNES o Super Mario USA para Famicom. Insisto, es sólo vanidad, porque son juegos que ya conozco, pero el materialismo me gana, lo cual está muy mal, lo sé. Hay quien siempre quiere tener el juego nuevo desde el día 1 para que nadie le venga a contar cuentos chinos y disfrutarlo de primera mano. Por otro lado, hay quien prefiere esperar, pero le brinca el ojo por adquirir ese título de moda del que todo el mundo habla. ¿Será que sí necesitamos ayuda, amigos? ¿Estaremos un poco obsesionados con nuestro pasatiempo? Lo pregunto porque si es algo que comienza a dañar más que a divertir, hay que hacer algo. Bueno, no me quiero poner dramático, pero creo que es saludable tener ciertos límites, aunque suene como tío regañón.

Jugar más que tener

Con la digitalización de los videojuegos, el coleccionismo puede pasar a segundo término y ser opacado por el simple deseo de jugar tal o cual título. Piénsalo, ¿cuántos de los juegos que tienes, que ya jugaste y conoces a la perfección piensas volver a jugar? Sé que todos tenemos esos remansos electrónicos a los que nos gusta acudir en días de angustia pero, ¿realmente vale la pena conservarlo todo? A menos que seas parte de una institución como las ya mencionadas, creo que no es tan buena idea.

¿Coleccionas videojuegos? ¿Crees que es importante preservarlos? Comenta.

El gran sueño
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