#ViernesRetro: Little Samson

La canción de cisne más costosa de la industria


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¿Cuántos videojuegos físicos tienes? ¿Los coleccionas? Tal vez tu respuesta dependa de tu edad, pero déjame contarte que, en mis buenos tiempos de puberto consolero de 8 y 16 bits, el coleccionismo no tenía el alcance ni la fama de la que goza hoy. Mi hermano y yo teníamos un modesto grupo de cartuchos de Atari 2600, algunos de ellos con caja. Baseball, Pac-Man, Oink! y Space Invaders son sólo unos cuantos ejemplos. El tiempo nos puso en las manos un NES y también tuvimos la oportunidad de crear un pequeño acervo con joyas como Castlevania III: Dracula’s Curse, cuya caja conservé muchos años hasta que un amigo la perdió junto con el cartucho. Una pena.

Viva el rey, muera el rey y que vuelva a vivir

Lo que alcancé a percibir y que recuerdo de las épocas de transición entre consolas es que no era muy común conservar la anterior y adquirir la siguiente. Por lo menos eso no era lo normal en mi círculo, sino que vendías la consola anterior para reunir lo suficiente y costear la de nueva generación. En ocasiones éramos un poco más pacientes, ahorrábamos cada centavo de nuestros domingos, cambios de tortillas y demás para finalmente comprar nuestras consolas, aunque no fuera en día 1. El punto es que los cambios generacionales de alguna manera diluían la conservación de los catálogos anteriores, aunque uno como jugador siguiera dándoles valor como joyas del ayer. Esta necesidad de quedarse sólo con lo nuevo y aprender a cambiar de página condujo a que fueran muy pocos los jugadores que se dieran a la tarea de conservar sus títulos. Eso cambió muchos años después con la llegada de la retrocompatibilidad, el advenimiento de las consolas retro y… YouTube.

No puedo decir exactamente en qué punto de la historia comenzó la fiebre del coleccionismo, pero sí considero que la aparición de nuevos dispositivos en el mercado en los que es posible usar cartuchos de antaño fue una chispa que encendió una intensa llama en los corazones gamers, motivándolos para hacer todo lo posible por conseguir cuanto cartucho, disco o tarjeta se cruzara en su camino. Recuerdo, por ejemplo, que era cliente de un tianguis en el que había un puesto con muchos cartuchos de NES y de SNES. Todo esto en el año 2000, aproximadamente. No sé cuántos compré con aquel “mercader del gaming”, pero creo que pagué la universidad de por lo menos uno de sus hijos. Estas fueron las primeras aproximaciones que tuve al coleccionismo de videojuegos.

Internet también participó, por supuesto. Con este recurso ya no estuvimos limitados a los mercados de pulgas o tiendas “especializadas” en lo retro, sino que se abrió la posibilidad de adquirir títulos en línea y en ocasiones directamente de las manos de otros jugadores y con precios establecidos por ellos mismos. Además, comenzaron las subastas, con las que los costos por algunos títulos cambiaron mucho respecto a los que figuraban en las listas estándar. Este tipo de ventas sirvió también para que salieran a la superficie algunos juegos extremadamente raros que llenaron los ojos de los acérrimos coleccionistas. Un ejemplo de esto es Nintendo World Championships, cuya versión dorada actualmente está valuada en más de $380,000 MXN en Price Charting y hay reportes de que ha alcanzado el exorbitante precio de $1 millón de dólares.

Uno de los sueños de mi vida es tener una habitación así en mi casa
Uno de los sueños de mi vida es tener una habitación así en mi casa

Uno de los casos más curiosos que pasaron por este proceso y que actualmente se ofrece a un costo ridículamente alto es Little Samson, último trabajo del extinto estudio conocido como Takeru, el cual en su mayoría fue formado por ex empleados de Capcom. Desarrollaron títulos como Cocoron o Nostalgia 1907, que desgraciadamente no tuvieron éxito, especialmente el segundo. Little Samson era su última esperanza, así que unieron fuerzas con Taito como distribuidor, pero varios factores se combinaron para que también fuera un fracaso a pesar de ser un muy buen título.

Si nos remontamos a los orígenes de la saga Final Fantasy, encontramos una historia contrastante. Los juegos que Sakaguchi diseñó para Square en sus inicios no tuvieron mucho éxito, de modo que con cierto recelo se le dio la oportunidad de desarrollar un proyecto más que sería algo así como su prueba de fuego. Originalmente se iba a llamar Fighting Fantasy, pero Hironobu decidió cambiarle el nombre para no meterse en problemas de derechos, ya que existía una serie de novelas interactivas con ese nombre y, principalmente, porque su sentir muy en el fondo de su corazón era que ese juego iba a ser, tal cual, su fantasía final. Todos sabemos lo que pasó: lejos de ser una canción de cisne como su creador llegó a pensarlo, se convirtió en uno de los RPG más influyentes y exitosos de la historia.

¿De qué va Little Samson?

Esencialmente es un título de plataformas cuya mecánica, entendiblemente, es muy similar a la de Mega Man. Puedes utilizar a 4 personajes: Little Samson, Kikira the Dragon, Gamm the Golem y K.O. the Mouse. Cada uno cuenta con habilidades particulares, algunas de las cuales debes usar forzosamente en ciertos puntos para poder avanzar. El personaje titular es el más balanceado y puede lanzar campanas en línea recta, además de saltar a una altura considerable; Kikira puede volar por cierta distancia y lanzar proyectiles que describen una curva ascendente, lo cual resulta muy útil contra algunos enemigos; Gamm es el más fuerte pero también el más lento y su habilidad para pisar sobre picos sin recibir daño es indispensable; K.O. es el más rápido del cuarteto y comparte la cualidad de escalar las paredes con Little Samson. Su ataque consiste en colocar pequeñas bombas similares a las de Samus en modo Morphing Ball y causan gran daño.

La historia inicia cuando un príncipe malvado es liberado y pretende conquistar el mundo. El Rey convoca a 4 héroes pidiendo su ayuda y cada uno recibe una paloma mensajera con la petición. La gente de Takeru decidió que los primeros 4 niveles sirvieran como tutorial para aprender a usar a los 4 personajes y descubrir sus habilidades. Los niveles de dificultad a elegir son fácil y normal. Éste último tiene un nivel extra y vale la pena jugarlo así para tener la experiencia completa. La interfaz de juego recuerda mucho a los juegos del robot azul, ya que puedes ver la energía tanto propia como de los enemigos con pequeñas barras apiladas y el diseño de niveles y plataformas se asemejan mucho a la saga de Capcom.

Un equipo muy completo
Un equipo muy completo

La jugabilidad es muy fluida y el control responde muy bien a cada salto, lo cual se agradece porque la curva de dificultad es elevada. Las animaciones destacan por sus detalles, sobre todo tratándose de un juego de NES. Por ejemplo, me gustan mucho los sprites de Little Samson cuando se cuelga de los techos o el giro que da al brincar, así como el movimiento del fondo en ciertos niveles. Algo que me llamó mucho la atención y que agradezco infinitamente es la ausencia de knockback cuando recibes daño. Creo que no es poca cosa, ya que hay títulos como Ninja Gaiden, cuya dificultad está ligada directamente a este factor.

Si es tan bueno, ¿por qué fracasó en ventas?

Cuando hablamos de lanzamientos de videojuegos, encontrar el momento más idóneo es muy importante para asegurar que tenga el impacto que se espera. Little Samson apareció en un momento en el que la popularidad del NES se estaba desvaneciendo y todas las miradas estaban puestas en su sucesor: el Super Nintendo. Además de adolecer de marketing pobre, se produjo un número muy bajo de copias, por lo que no era común encontrarlo en las tiendas de juegos que aún vendían cartuchos del legendario NES. Esta producción reducida también contribuyó a que el título adquiriera el estatus de raro dentro de la comunidad coleccionista retro, además del tratamiento tan extraño que se le ha dado en cuanto a su costo. Haciendo una búsqueda rápida al momento de elaborar este texto, encontré Little Samson en eBay en más de $16,000 MXN y en Price Charting en más de $35,000 MXN; esto hablando del cartucho suelto.

Desde el punto de vista técnico y de calidad, haber salido en el ocaso del NES fue una ventaja para Little Samson, ya que permitió aprovechar las cualidades de la consola. Supongo que eso también llevó a los desarrolladores a hacerlo un poco más largo de lo normal. Me refiero a que las escenas finales pudieron haber sido menos, pero tal vez se buscó igualar el esquema de Mega Man, volviendo a enfrentar a los enemigos y generando expectativa. Fueron muchas las veces las que me pregunté: ¿ya será el final?

Volviendo al aspecto del marketing, es probable que el nombre que se eligió para el título en América haya sido un repelente para muchos jugadores de la época. “El pequeño Sansón” fácilmente puede remitirnos al personaje bíblico, asociando por ende el título con ese contexto. Aunque Little Samson no fue desarrollado por Wisdom Tree, es muy probable que la mención del personaje haya causado cierta confusión.

¿Cuánto pagarías por él?
¿Cuánto pagarías por él?

¿En dónde puedo jugarlo actualmente?

  • Nintendo Entertainment System

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Es una verdadera pena cuando una propuesta interesante pierde relevancia por las circunstancias que la rodean. Son muchas las ideas que ni siquiera han alcanzado a ver la luz, que han permanecido en los tinteros de grandes artistas o que simplemente no han tenido el apoyo necesario para sobresalir. Little Samson es un caso extraño de éxito postergado, de gloria alcanzada fuera de tiempo, de relevancia obtenida por las razones equivocadas. Sin duda es una de las joyas del catálogo del icónico NES y su valor es mayúsculo no sólo en términos de dinero, sino de calidad, diversión y dedicación de sus creadores.

Gracias por llegar hasta aquí. Espero tus comentarios y te espero en el próximo #ViernesRetro.

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