¿Pay to win? Microsoft está comprando la industria de los videojuegos

¿Cuáles son las consecuencias a largo plazo de esta estrategia, o se trata de un arma de doble filo?


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Sin duda, la noticia de la semana y quizás hasta del año fue la compra de Activision-Blizzard por parte de Microsoft. Es un evento de enorme trascendencia para los videojuegos. Sin embargo, se trata de un evento tan trascendente que no podemos evitar pensar: ¿cuáles son las consecuencias a largo plazo de esta estrategia? ¿Microsoft ganará la guerra de consolas e incluso el mercado de PC gracias a esta adquisición? ¿O se trata de un arma de doble filo? Veamos.

Ya conoces lo esencial: después de una tremenda conmoción interna provocada por las prácticas de acoso sexual y misoginia prevalentes en Blizzard, y ante una decreciente valorización provocada por entregas apresuradas y cada vez más decepcionantes, la compañía dirigida por Bobby Kotick entró en un período crítico. Microsoft, que se ha caracterizado por adquisiciones cada vez más ambiciosas, decidió usar los infinitos fondos producidos por sus sistemas operativos y software de oficina para concretar su adquisición más ambiciosa hasta la fecha: $68.7 billones de dólares por la compañía, casi 30 veces más que lo que gastó en Minecraft.

Esto nos hace preguntarnos: ¿Microsoft quiere hacer pay-to-win en la guerra de los videojuegos? Después de todo, con esta compra ya tienen en sus manos a Bethesda, Rare, Mojang, id, Zenimax, King, Activision y Blizzard. Una monstruosidad. El anuncio fue tan poderoso, que las acciones de Sony cayeron 2.4% el martes. Asimismo, una crisis muy profunda en el mercado de consolas, provocada por la escasez de chips, hace que el lugar de Sony en el mundo de los videojuegos se vuelva más complicado. La pregunta es: ¿será Microsoft el rey? ¿Hay algo que lo detenga?

Aunque no es del todo imposible que esta adquisición consolide a Microsoft como el líder de la industria, también hay que dimensionar las cosas un poco. La realidad es que la venta de estudios y propiedades intelectuales sigue ciertas leyes. Los interesados en vender por lo general consideran que sus propiedades han llegado al límite de su productividad y valorización, y lo que sigue es la cuesta abajo. Esto es una ley de la economía. Por ejemplo, aunque Minecraft sin duda es una propiedad "evergreen" o "siempre verde", es decir, de valor a larguísimo plazo, todavía hasta 2020 no había terminado de pagar su propio precio de venta.

En el caso de Activision-Blizzard, podría ser más difícil. A diferencia de Minecraft, un título simple que siempre será atractivo para el sector infantil, ActiBlizz tiene un futuro difícil por delante. Las propiedades intelectuales de Blizzard están en crisis, y Call of Duty ya está en un cierto declive. Encima, para que esta última propiedad siga vendiendo, se necesita que siga siendo multiplataforma. Es decir, se trata de una adquisición mucho más riesgosa que la de Mojang, casi 30 veces más cara, y que quién sabe hasta cuando pueda recuperar su inversión.

En fin, todo esto habla de factores de riesgo que podrían poner esta inversión en entredicho. Pero también es verdad que quizás el objetivo de Microsoft no es realmente crear nuevas franquicias. Después de todo, Mojang no ha inventado nada después de su adquisición. Algunos analistas especulan que estas compras están destinadas a fortalecer la visión de Microsoft de pasarse al streaming de videojuegos más que permanecer en la guerra de plataformas. Se trata de controlar propiedades clave más que ser competitivo en la creación de nuevas franquicias. Esta estrategia puede ser importante si ocurre este salto, pero podría no materializarse.

En cambio, la estrategia de Sony de fortalecer su red de estudios y financiar nuevas propuestas todavía ha rendido frutos. Asimismo, la estrategia de Nintendo, que apuesta todo a la versatilidad del hardware y a una serie de propiedades siempre relevantes que pueden evolucionar, también es sólida. Microsoft parece apostar a la adquisición de estudios en crisis pero de gran relevancia, lo cual es una estrategia importante, pero podría volverse en su contra en el futuro. Esto recuerda un poco a su estrategia monopólica en los 90s, la cual tuvo éxito, pero nunca pudo destruir a Apple ni al software independiente. Por tanto, hay que atemperar expectativas, y ver cómo se comporta el mercado ante un futuro incierto.

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