Ubisoft se cae a pedazos: decisiones y escándalos que marcan el principio del fin

El desastre de la que fuera la compañía de gaming más grande de Europa


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Ubisoft es una de esas compañías que sirve de ejemplo de lo que nadie debería hacer en la industria. La empresa que lideró el gaming en Europa no es ni la sombra de lo que fue hace años. Sus recientes decisiones y escándalos nos dan la pauta para revisar su caída y cuestionar su futuro.

ORIGEN Y ASCENSO A LA CIMA DEL GAMING

La semana pasada y previo a su evento Ubisoft Forward, las acciones de la compañía francesa se vinieron abajo luego de que se confirmara el aumento en la inversión por parte de Tencent, el gigante chino. ¿La razón? Los inversionistas no ven mayor solución para la empresa que venderla, meterla a la fuerza en la ola de adquisiciones porque no hay confianza en su presente ni en su futuro. Mientras, los dueños y el Consejo insisten en que pueden resolver la situación. ¿Cómo llegó Ubisoft hasta aquí?

De origen puramente empresarial dentro de la familia Guillemot y fundada en Francia en 1986, Ubisoft pasó años adaptándose a la joven pero vibrante industria de los videojuegos primero como editor y después, desarrollador. Su primer ascenso llegó con Rayman en la década de los 90 y los años siguientes, en especial, el inicio del siglo XXI, cuando confirmaron que el éxito era inminente. Rainbow Six, Splinter Cell, Prince of Persia, Ghost Recon, Beyond Good & Evil y un sinfín de propuestas de diferente género enriquecieron la oferta de la empresa y la convirtieron en una de las más importantes de la industria.

VIDEO: Assassin's Creed no salvará a Ubisoft

La llegada de la generación de PS3, Xbox 360 y un mayor acercamiento con PC anticiparon el siguiente paso hacia la cima del éxito que llegó con Assassin’s Creed, Far Cry e incluso Just Dance. En ese momento parecía que no había margen para fallar y que cada título sería mejor que el anterior; Ubisoft tenía reconocimiento ante la crítica, los jugadores y el mercado. Su reputación como empresa que sabía equilibrar los negocios con el proceso creativo se transformó en una borrachera de dinero y poder que echaba raíces nocivas y que pronto asomarían por todos lados.

LLEGA EL ÉXITO, PERO COMIENZA LA CAÍDA

De 2000 a 2012 Ubisoft gozaba las mieles del triunfo, y lo más alentador era el impulso que daba a todo tipo de propuestas: AAA, AA, juegos indie, títulos de acción, estrategia, deportes, aventura, shooters… todo parecía tener cabida y oportunidad en la empresa francesa. Las posibilidades para que cualquiera de sus juegos trascendieran parecían reales, pero algunas decisiones rompieron el equilibrio que la había distinguido.

El éxito masivo de sus franquicias tuvo lugar durante el ascenso vertiginoso del gaming como forma de entretenimiento y negocio. Cuando empezaron a llover sobre la industria los miles de millones de dólares muchos creyeron que si 1 es bueno, 100 son mejores.

"Assassin’s Creed, su joya más grande, fue la primera en sufrir, pues encontró su tope creativo muy rápido y el modelo de lanzamientos constantes desgastó la propuesta en pocos años"

Lo que parecía el siguiente episodio de la compañía francesa en su escalada imparable se convirtió en un lastre que lo cambió todo. Assassin’s Creed, su joya más grande, fue la primera en sufrir, pues encontró su tope creativo muy rápido y el modelo de lanzamientos constantes desgastó la propuesta en pocos años. La balanza se inclinó hacia el lado del dinero, lo que se notó en los lanzamientos llenos de bugs, carentes de innovación, maneras aburridas de sobreexplotar una fórmula y, en especial, en la insistencia de Ubisoft de ignorar a su público.

Assassin's Creed fue un hito durante la era del PS3 y Xbox 360
Assassin's Creed fue un hito durante la era del PS3 y Xbox 360

Pese a todo, el desempeño de Assassin’s Creed en el mercado era excelente y los millones de copias vendidas hacían pensar en que esos detalles sólo eran un tropiezo. Las alarmas empezaron a encenderse cuando la tendencia también se presentó en Far Cry. De manera progresiva, la percepción de ambas IP cambió y las calificaciones por parte de los usuarios fueron a la baja.

A la par, de 2012 en adelante, se apostó por nuevas IP que, a primera vista, lucían como parte de una etapa nueva y prometedora. Lamentablemente, propuestas como Watch Dogs, The Crew y The Division distaron de lo que mostraron en sus espectaculares trailers. Por supuesto, eso molestó a los fans, quienes lo recibieron con opiniones divididas; los juegos se mantuvieron a flote pero sin alcanzar los primeros planos. Para ese momento, algunos se preguntaban qué había sucedido con Ubisoft, dónde se había perdido la magia y otros no tuvieron piedad y la llamaron Bugisoft y la colocaron en la canasta de codicia donde estaban Activision y Electronic Arts.

En 2015, todavía con la idea de que sólo era una mala racha creativa y de desarrollo, un intento de adquisición hostil por parte de Vivendi cimbró a Ubisoft y sus directivos, e inició un proceso de estira y afloja vía compra de acciones que duró 3 años. Se pensaba que la tensión entre empresas tenía lugar sólo en el sector financiero, pero el impacto se notó en otros sectores, por ejemplo, en sus estudios, que aceleraban sus proyectos, aprobaban todo tipo de propuestas y trataban de demostrar que la autonomía rendiría frutos porque no había necesidad de una adquisición.

Vaas Montenegro, quién diría que sería reflejo de los directivos y líderes de Ubisoft
Vaas Montenegro, quién diría que sería reflejo de los directivos y líderes de Ubisoft

Los años posteriores vieron intentos por recuperar la credibilidad con una renovación de Assassin’s Creed, dotado con elementos RPG, algunas propuestas nuevas como Starlink, For Honor, continuidad de sus proyectos conocidos y algunos vistazos al futuro. En realidad, pocas cosas se salvaron, pues de nuevo se impuso el modelo de negocio sobre la creatividad y los juegos se desenvolvieron entre lo bueno, lo mediocre y lo olvidable. Al mismo tiempo, la industria, los jugadores y el mercado se cuestionaban por qué una compañía tan grande no tenía un hit masivo; Activision tenía Call of Duty, EA sus franquicias deportivas, Epic Games había dado al clavo con Fortnite… ¿Por qué Ubisoft parecía incapaz de adaptarse al cambio en las tendencias y de regresar a la senda del éxito?

LA TERRIBLE REALIDAD DE UBISOFT NO PUDO ESCONDERSE MÁS

Por si sus propias decisiones de desarrollo y negocios no fueran bastante problemáticas, en 2020 explotó otra bomba dentro de la compañía: su terrible ambiente laboral. Acoso, abuso, nepotismo, favoritismo, explotación, todo esto formó parte de una serie de reportes que expusieron la realidad en el interior de los estudios de Ubisoft. La presión por los lanzamientos constantes y el ambiente laboral tóxico se convirtieron entonces en la explicación de todos los problemas que había en sus juegos y la razón de los accidentados procesos de desarrollo, debut y soporte de los juegos.

"Acoso, abuso, nepotismo, favoritismo, explotación, todo esto formó parte de una serie de reportes que expusieron la realidad en el interior de los estudios de Ubisoft"

Una investigación interna advirtió sobre el riesgo de un éxodo de talento. Luego, algunos reportes señalaron que la tasa de deserción de algunos estudios de Ubisoft estaba entre las más altas de la industria e incluso la organización A Better Ubisoft, formada por trabajadores de la compañía, confirmó tras un seguimiento de más de 2 años, que los directivos no han hecho algo para cambiar el entorno, lo que provocó otra salida masiva de creativos y personal administrativo. Asimismo, quienes se mantienen en la compañía están más desmotivados que nunca, pues, salvo algunas excepciones, la compañía respondió a las acusaciones de abuso, acoso y toxicidad subiendo de puesto a los responsables o moviéndolos a otros estudios; realmente no hubo un castigo.

Video: Reportes de acoso en Ubisoft - ¿Qué es lo que pasa?

Que Ubisoft perdiera su toque para maximizar ingresos y ganancias no es un secreto, pero parece que se quedó sin talento incluso para eso. Muestra de ello son los proyectos que dan prioridad a los free-to-play y las propuestas relacionadas por encima de los AAA que han resultado fallidos al tratar de subirse en las tendencias para después estrellarse con el fracaso. La necedad llegó a tal grado, que presentaron una propuesta de NFT llamada Quartz, que justificaron y defendieron los directivos, pese al rechazo unánime de los fans.

El estado de la empresa y sus franquicias hace obligatorio encender todas las alarmas, pues la renovación de Assassin’s Creed se agotó de inmediato, Far Cry no recuperó el rumbo, Ghost Recon se vino abajo, Rainbow Six se mantiene de pie por derecho propio pero sigue sin ser el éxito mayúsculo igual que For Honor; Watch Dogs se apagó, el mencionado Beyond Good & Evil 2 parece más leyenda que realidad, Skull and Bones parece tan malo que ni Ubisoft le tiene confianza, el remake de Prince of Persia es un desastre, Splinter Cell está muerto igual que Rayman y… bueno… Ubisoft no es digno de juegos tan buenos como Immortals Fenyx Rising y Mario + Rabbids.

Beyond Good & Evil 2, la eterna promesa
Beyond Good & Evil 2, la eterna promesa

Hoy, el presente y futuro del otrora gigante europeo está convertido en un poni de un solo truco que se debate con… ¿Adivinen? Assassin’s Creed. Los próximos años verán la siguiente fase de la sobreexplotación de la franquicia que apunta hacia los juegos como servicio. Assassin’s Creed Mirage será una despedida para los fans que han acompañado esta IP durante 15 años; luego vendrá Assassin’s Creed Infinity, una plataforma en línea que hospedará las próximas entregas con una experiencia compartida a través de Internet. ¿Qué más? Muy poco, y si la idea de Ubisoft es seguir las tendencias, algo que se ha comprobado que no puede hacer en tiempo y forma, el panorama no resulta alentador.

UBISOFT NO QUIERE VENDERSE, PREFIERE HUNDIRSE

Para bien y para mal, la historia del gaming tendrá un capítulo dedicado a Ubisoft. Es un hecho que la compañía perdió el toque hace muchos años y que sus áreas creativas fueron aplastadas y sobreviven bajo el yugo de directivos y líderes que antes sabían cómo hacer juegos y dinero. La industria se mueve cada vez más rápido, y actualmente está en una fase de consolidación, por lo que algunos ven en una adquisición la oportunidad de salvar a la compañía y sus creativos; sin embargo,parece que la directiva prefiere hundirse con su necedad. La caída no se detiene y no hay evidencias que indiquen la posibilidad de retomar el vuelo. Después de todo esto… ¿cuánto le quedará a Ubisoft?

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