(E.C.M.) La segunda se soporta

Las experiencias cercanas a la muerte son algo de lo mas normal (según los científicos) pero según la experiencia propia eso no es así.

Mi padre fue una persona de lo mas intolerante y su opinión era la única que contaba, corrían los noventas y yo ya no vivía con mis padres, pero cada quincena los visitaba sobre todo a mi hermana y a mi madre.

Recuerdo que siempre que llegaba el Jack salía para darme la bienvenida, era un hermoso pastor alemán, yo siempre le oprimía la nariz diciéndole "Jonk,Jonk" y él corría como loco por todo el patio, ese ritual se repetía cada dos semanas, durante todo un año, pero todo lo que empieza debe terminar.

Cuando llegué cerca de la casa (en la esquina) no oí al Jack "que raro" -pensé- siempre percibe cuando voy a llegar, al estar cerca de la morada de mis padres veo al animal observándome fijamente, y le muestro los dedos como diciendo "jonk, jonk" y entonces me doy cuenta que su mirada ya la he visto, sobre todo en personas que están drogadas con la mirada perdida pero a la vez como si vieran a través de uno.

Mi mente inmediatamente piensa "ese wey esta mal" y continuo mi camino, entro por la puerta principal y saludo a todos, en ese momento mi padre me dice "que bueno que llegaste, ponle la pechera al perro" lo primero que se me ocurre es "el jack tiene rabia"

¿que pasa? dice mi padre "pareces pendejo ponle la correa al jack" y yo pienso "es su perro que le ponga la pechera él" pero a la vez algo me hace obedecerlo, salgo al patio y el can está tranquilo, ocurre algo similar a la experiencia pasada en cámara lenta percibo como voy poniéndole la pechera y jack enseñando los dientes me lanza la mordida a la mano pero yo logro quitarla y se ensaña con mi pierna, un poco arriba de la rodilla.

Corrí todo lo que pude pero la lentitud de la escena hacia presa de mi creí que en ese momento moría, supuse que había corrido una cuadra pero simplemente estaba en el zaguán, en ese momento oí a mi hermana gritar "jack métete aquí" y el perro dócilmente la obedeció .

Mi padre azorado mi madre gritando "que pasa" y yo le digo a mi carnala el perro tiene rabia y ella contesta como crees si tiene todas las vacunas y yo aferrado a que tenía hidrofobía.

Esa noche tuve un sueño de lo mas extraño no mencionaré los detalles solo diré que parecía psicótico, resulta que tenía fiebre y mi madre me da unas pastillas, al otro día era domingo y festivo, no encontramos ni una sola clínica ni hospital abierto, Todo esto sucedió en Puebla, les digo a todos "me voy a México" nadie dijo ni pio vieron mi decisión.

En ese entonces vivía sobre la Calzada de la viga iba sobre el camellón, había arboles en las orillas, al llegar cerca de la casa de mi tía veo que alguien se esconde tras un árbol pienso: "pinche Efraín me quiere espantar" Efraín era un primo, al rodear el árbol me doy cuenta que no hay nadie siento un escalofrío y todavía sin creerlo me dirijo a la casa.

Una de mis tías trabajaba en el hospital donde yo también laboraba y conocía a varias gentes de emergencia, después de relatarle lo sucedido me dice "vámonos al hospital"

Inmediatamente me conducen a urgencias y el médico de allí me pregunta "que tenemos" le digo lo acontecido y me dice "muéstrame" le enseño la herida y me dice "hay wey ¿quien te hizo esto?" me da una hoja y me dice "ve rápido a la torre de consulta externa para que te pongan la antirrábica"

Al llegar a la torre solo hay una enfermera, le entrego la hoja y me pregunta ¿donde la quieres? yo le digo -donde duela menos- ella me dice en la espalda, la inyección duele y la enfermera me dice que tengo que ir a mi clínica para que me pongan las siguientes durante trece días.

Al otro día me llaman de puebla y me dice mi madre que el perro acaba de morir y llorando dice que van a ir los del antirrábico para llevarse la cabeza del perro y examinarla, y si efectivamente tenía hidrofobia.

Lo curioso es que yo debería haber muerto, ya que la enfermera que me atendió varias semanas después me dijo que la vacuna no servía ya que los refrigeradores estaban sin conectar esa noche.

tres años después en la noche salía yo del hospital donde laboraba y caminando sobre Avenida Coyoacan veo a la distancia como a una calle un enorme Doberman y viene directo hacia mi pienso. "ya valió madre" el perro se acerca como acechando yo sin miedo medito "si abre el hocico le doy una patada" cosa rara el can se acerco lo suficiente para poner su nariz exactamente donde tenia la herida y siguió su camino.

Otros libros que recomiendo

"Comunión" de Whitley streiber
"La Interpretación de Los Sueños" de Sigmund Freud
"El Lado Activo DEl Infinito" de Carlos Castaneda