Hace un par días hablaba con unos chavos sobre la obsesión que solemos tener de querer todo tipo de contenido con facilidad e inmediatez, un todo evidentemente irracional, pues se es imposible. Se suele amargar la gente con facilidad si por ejemplo no lo pueden tener. Pero es estúpido, o sea, pensémoslo bien, ¿tenemos el tiempo suficiente si quiera para disfruta todo lo que se considere de bello y sublime?
Y es que cada vez hay una cierta inquietud generalizada, de, “es que no lo he visto” “no lo he jugado” no lo he leído” etcétera. ¿En qué momento convertimos la vida más en consumir experiencias de placer con nivel de estatus?
Pongámoslo de este modo. Digamos que soy un guey que te he leído mucho de obras que académicamente las consideran de lo mejor de la humanidad, y sé algo de arte, ahora aquí va una pregunta rotunda, ¿soy mejor hombre por ello? ¿Qué es lo que me hace en un mejor ser humano? ¿O soy simplemente un saco de tejido que sé más, pero solo eso?
En el caso del mero y puro intelectualismo, o, lo que se pretende de ello sé de fondo que tiene una dosis de egocentrismo y vanidad, pues, al saber más automáticamente se interpreta como de “soy mejor”, es algo que se da por automático sin necesidad de estar consciente de ello, no al menos en su forma más inmediata. Esto que comento ya lo intuía Dostoievski en un bello cuento que se llama “El Sueño de un hombre ridículo” pese a su sencillez muestra el lado cínico de nuestra condición humana como en una frase que me marcó hace años del relato cuando leí “el hombre inteligente solo está para humillar y sobajar al bruto”
Ahora que vuelvo a reflexionar, ¿no sucede acaso también con lo que consumimos de entretenimiento? Cínicamente se puede decir “yo soy mejor porque he visto contenido o jugado mejores cosas que tú” Si bien la frase no se replica letra por letra, pero, si en infinidad de representaciones. Todo se resume a ese conflicto que sencillamente se podría evadir por uso de la razón, pero, al final nos habla nuestro ego; ese instinto primitivo que algunos lo señalan como de lo peor y otros como algo sublime y necesario.
Siendo así llego a la conclusión a algo que ya sospechaba desde muchos años de que ni más inteligente ni mejor consumidor de entretenimiento de “calidad” nos convierte en un mejor individuo. Simplemente tenemos mayor noción en ciertos aspectos, pero solo eso. Se es imposible abarcarlo todo, y aún teniendo dicha capacidad tampoco se alcanzaría ese fin.
Escrito esto rememoro una charla en el chat con un norteño, sí, mi buen Expino, el salsero, me decía más o menos así “evadimos la realidad de varios modos” Y en efecto, es lo que hacemos. La vida en el fondo se hace monótona pero leer, consumir historias, animación, videojuegos etcétera es una evasión porque nos hace viajar a infinidad de posibles mundos y universos y aún así algunos estarán inquietos por ser una “mejor persona”
Mejor ser humano es superarse a uno mismo, pues ese es el punto de partida. Creo que un “mejor ser humano” no es necesariamente “saber más o consumir mayor contenido de calidad de entretenimiento”. Un mejor ser humano es alguien con la capacidad de poder amar de verdad, de ser difícil de corromper, de continuar soñando con algo mejor, de no abandonar su ego pero tampoco dejar a los suyos, y por encima de todo, de sus actos… pues sus actos son lo que lo constituyen.
A todo ello pienso, y quiero dejar algo en claro. No se trata de un ataque hacia el intelectualismo. Evidentemente la cultura aumenta nuestras posibilidades de ir más allá, pero, nuevamente son solo también un instrumento más. El punto es, si se va a consumir cultura se hace porque se desea, se apasiona; y si te interesa entretenimiento, por favor, olvidemos de abarcarlo todo, es estúpido, no tendremos el tiempo. Solo hay que elegir lo que es del interés.
Finalmente ando inspirado en esta biblia porque llego a una casa ajena; me abraza una mujer diciéndome “te extrañé” sale una lágrima cálida en sus mejillas… la siento con las mías. La volteo a ver y le suelto un prolongado y cálido beso en sus labios; extiendo mis brazos, la toco con ligereza para abrigarla con mi cuerpo, y sonrío con sinceridad diciéndole te quiero, porque me nace del sentimiento más puro, el de la nobleza de amar; lo inmediato, lo fugaz, lo que no está frivolizado aún por el pensamiento, simplemente el sentir y dejarse llevar. Me hace sentir vivo. Me hace recordar que es lo que debe de importar realmente… a veces las cosas sencillas son las que merecen vivir por ellas.
No se necesita ser un genio ni buscarle un razón o sentido a toda la humanidad pues no hayarás una verdad absoluta salvo la tuya por tu experiencia. Pero claro que se debe de incitar la superación personal, de eso no tengo la menor duda. Solo que, las cosas sencillas suelen ser las que nos constituyen y los actos que hacemos y haremos para creer que estamos haciendo algo “mejor”. No sé a dónde iran los resultados. Ni para qué esperar si el mundo será un lugar “mejor” al final siempre ha sido de lucha constante y de búsqueda personal. Actuar cada quien a su manera... y sobre todo tener pies de plomo y mucha seguridad de sí mismo. Y agradezco a la gente que se haya dignado leer este texto largo, jajaja. Es una reflexión que se me vino por estos días. Espero leer sus comentarios y opiniones. Cordiales saludos a toda la comunidad 
