Nintendo es el diablo y no lo digo yo, lo dice Greenpeace.
En su más reciente concurso de popularidad ecológica, Nintendo ocupó el último
lugar, luciendo un 0.8 gigante, sí, 0.8 de 10.
Mi opinión es que esto se debe a que Nintendo se
rehúsa a cooperar con Greenpeace. Me inclino a dudar que exista algo realmente
malo en el proceso de producción del Wii, pero quién sabe, quizás la
cadena de producción esté conformada por castores y por cada Wii construido
tiren un árbol, o quizás todo el staff es vegetariano y se dedica a devorar indefensas plantas productoras de oxígeno. Lo que sí es seguro es que la
falta de información proporcionada a este grupo pro-ambiental, como por ejemplo
la cantidad de energía renovable utilizada, tiene mucho que ver al respecto.
Ojalá todos fueran como Nokia.
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