Según un reciente estudio publicado por Jayne Gackenbach del Grant MacEwan University en Edmonton, Canadá, los soldados que acostumbran jugar videojuegos violentos durante sus horas de descanso pueden lidiar con más facilidad con el estrés postraumático y duermen mejor durante la noche.
El estrés al que un soldado se expone en una situación de guerra vigilancia continua y amenazas muy reales-, apunta el estudio, tiene consecuencias en su capacidad para conciliar el sueño. Los soldados que no tienen experiencia previa de juego, tienen pesadillas más violentas, donde se ven a sí mismos indefensos frente a las amenazas; en cambio, los que juegan con regularidad juegos de inmersión como Call of Duty, World of Warcraft y Red Dead Redemption responden a los estímulos violentos de sus sueños haciéndoles frente.
Según Gackenbach, esta diferencia para lidiar con el estrés puede deberse a que jugar videojuegos de día modifica la forma en que soñamos durante la noche. Nuestras pesadillas en realidad funcionan como un simulador de amenazas, a las que nuestra mente nos hace enfrentarnos en una situación donde no podemos sufrir daños reales. La doctora Gackenbach afirma:
[Los soldados] están llevando PS3, Xbox y otras consolas al campo de batalla y las juegan todo el tiempo. Y ahora parece que puede haber buenas razones para dejar que lo hagan.
Es difícil afirmar que podemos aprender cosas mientras soñamos, a la manera de The Matrix, pero lo cierto es que los videojuegos modifican la manera en que nos enfrentamos a nuestros temores inconscientes: no solamente referentes a violencia (muy reales en nuestros días) sino también a situaciones estresantes para cada persona, que pueden ir desde presentarse a un examen, hasta una entrevista de trabajo o pelear con una horda de zombis. Si nuestros sueños nos ponen en contextos que nos estresan es para que podamos enfrentarlos mejor durante la vigilia, así que nuestras pesadillas en realidad nos hacen más fuertes.
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