A pesar de su fama por haber creado el atractivo Dead or Alive y ganar renombre por revivir con habilidad magistral la franquicia de Ninja Gaiden, Tomonobu Itagaki es un individuo que peca de excéntrico, aunque es justo decir que todos los artistas prodigiosos viven en circunstancias extrañas y a veces, trágicas. Para Itagaki, la tragedia se presentó alrededor del año 2000, cuando trabajaba en la producción de Dead or Alive 2, un lanzamiento exclusivo de Japón.
Durante la celebración de DICE Summit 2012, una convención de la industria del pixel en la que desarrolladores comparten tendencias de diseño, innovación, comunicación y entretenimiento, Itagaki subió a la plataforma de conferencias a compartir algunas anécdotas, entre las que se cuenta una que casi lo orilla a dejar el negocio de los videojuegos.
Resulta que en aquellos años, a su equipo sólo le faltaban dos meses y medio para terminar la traslación de arcadia a PlayStation 2 de Dead or Alive 2, cuando un gerente de producto de Tecmo se le acercó a pedirle una copia Beta del juego, con el fin de jugarlo, familiarizarse con él y así, hacerle promoción. Lo que Itagaki desconocía, es que la intención del ejecutivo de la compañía era llevar el disco a la fábrica para comenzar la producción y adelantar el lanzamiento, aun si la versión era de relativa baja calidad, carecía de contenido y sus gráficas estaban sin pulir.
La situación dejó a Itagaki en un estado de intensa depresión, que como él describe: Pensé que dejaría de hacer juegos. Me deprimí tanto que me quedé en casa durante tres o cuatro meses, bebiendo todo el día, simplemente me quedaba viendo la película Armageddon o cantando I Dont Want to Miss a Thing incontables veces.
Por ello, si alguna vez quedó la duda de por qué se incluían canciones de Aerosmith sin razón alguna en los juegos de Dead or Alive, es porque este desarrollador en verdad ama a la banda de rock, y en sus palabras, fue gracias a ellos y a la película de Michael Bay que sigue vivo y se salvó la estabilidad de su compañía, la relación con sus amigos y la solidez de su familia.
Eventualmente, Itagaki regresó a la escena de desarrollo y arregló los desperfectos con Dead or Alive 2: Hardcore, versión que se exportó del País del Sol Naciente al resto del mundo. Claro, este sujeto quedó resentido y en 2008 una disputa financiera lo llevó a dejar la compañía, lo que le permitió perseguir sus propios proyectos, entre los que se incluye Devils Third, un título de acción que irónicamente es probable que no vea la luz, pues será publicado por THQ y si las especulaciones son ciertas, el distribuidor podría dar carpetazo a franquicias de alto riesgo.
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