A lo largo de los dos años entrantes, GameStop, una de las cadena de tiendas de videojuegos estadounidense que domina el mercado de juegos de segunda mano, se verá obligada a informar a sus clientes en California, Estados Unidos, que algunos títulos usados de venta en sus establecimientos podrían requerir la adquisición de contenido extra para disfrutar la experiencia completa.
Todo esto se deriva de una demanda múltiple interpuesta en contra de la compañía hace dos años por James Collins, en la que se le acusaba de prácticas engañosas. Según Collins, la tienda se había dedicado a vender juegos usados cuyas cajas claramente indicaban que incluían un juego, contenido descargable gratuito y un pase online, sin embargo los códigos ya habían sido canjeados por el usuario original, lo que obligaba a los compradores a adquirir este contenido posteriormente, algo que GameStop jamás mencionó.
Aparentemente, la tienda se vio forzada, además, a reembolsar hasta $15 USD a los compradores que hubieran adquirido un título con estas características. Según fuentes cercanas al asunto, la empresa le dará un cheque por $5 USD y un cupón con un valor de $10 USD a todos los compradores que puedan demostrar haber adquirido el juego de segunda mano en sus tiendas. Y aunque toda esta situación podría resultar obvia para muchos de nosotros, la realidad es que en una compra-venta, cualquier cosa que no quede expresamente establecida se puede prestar a malas interpretaciones y, quién sabe, quizás esta práctica se vuelva una necesidad común en otras tiendas a lo largo del mundo.
Comentarios
Mejores
Nuevos