En el marco de una charla que sostuvo con el portal británico MCV, Pete Hines, vicepresidente de marketing y relaciones públicas de Bethesda, dijo que aún no está decidido si su compañía le dará soporte al Wii U, pues el Wii no se ajustaba a sus juegos, y es muy arriesgado apostar por un nuevo sistema sin saber con certeza cuáles son sus capacidades.
La aproximación ha sido la de poner nuestros juegos en todas las plataformas que los soporten. Hasta ahora el Wii no ha encajado con eso. Si el Wii U lo logra más adelante, está por verse, explicó Hines.
Por otro lado, el ejecutivo dijo que el estudio al cual pertenece está renuente a migrar a la nueva generación porque sencillamente no hace falta y es arriesgado desde el punto de vista técnico y comercial.
No creo que la presente generación de consolas nos esté limitando. Todavía hay mucho que somos capaces de hacer visualmente, técnicamente y desde el punto de vista de la narrativa. Y ya hay una enorme audiencia establecida, declaró. Los desarrolladores están tratando de atinar a un objetivo móvil porque las plataformas se están construyendo. Una nueva consola no nada más se muestra un año antes del lanzamiento y permanece igual cuando sale. Se mueve y se transforma en el camino. Y considerar eso para los juegos que están en desarrollo siempre es complicado. Y obviamente es un elemento de riesgo.
En cuanto al asunto comercial, Hines mencionó que lo difícil de la transición es que la plataforma establecida de consumidores al inicio de un nuevo ciclo empieza en cero y luego se divide entre gente que está en la generación vieja y la siguiente, así que no sabes si producir tu juego para ambas consolas o sólo para una. Esto complica las cosas un poco. Obviamente los cambios tecnológicos son emocionantes. Pero hay un precio a pagar, concluyó.
Pero los números de la industria ya piden a gritos la transición. Durante el mes de agosto, las ventas volvieron a estar pronunciadamente a la baja y los especialistas dicen que esto se debe a la fatiga tanto del mercado como de los desarrolladores. Por otro lado, no culpamos a Bethesda por ser tan cauto en cuanto a su aproximación a consolas como el Wii U, pues ya nos quedó muy claro que tienen problemas cuando se trata de desarrollar con arquitecturas que no conocen bien, como en el caso del PlayStation 3.
La perspectiva de Hines la comparten compañeros del conglomerado ZeniMax, como Todd Hollenshead, director general de id Software, quien hace un año dijo también que no hacía falta la nueva generación.
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