Adictos a juegos no reciben tratamiento adecuado

Psicólogos de la Universidad de Adelaida, en Australia, advierten sobre la necesidad de más investigación en torno al tema de la adicción a los videojuegos y al Internet, toda vez que la falta de entendimiento de quienes padecen estos desórdenes impide el desarrollo de tratamientos adecuados; esto de acuerdo con una investigación publicada este mes en el Diario de Psicología Clínica.

"Existe una falta de entendimiento general en ambos, tanto en el área clínica como de investigación, sobre cuál es el proceso mental por el que atraviesa el jugador.", declaró el profesor Paul Delfabbro.

Y es que resulta que los adictos a menudo son tratados mediante terapia cognitiva conductual como si fueran apostadores; no obstante, son diferentes tipos de problema. El conflicto es que no se le da seguimiento a los casos y es muy pobre la investigación relacionada.

"Los jugadores no son como los apostadores. Para empezar, los juegos requieren habilidad, mientras que la terapia conductual para apostadores se enfoca en entender creencias erróneas sobre la probabilidad y el azar. Es muy difícil proveer esto como terapia efectiva cuando el proceso subyacente de los jugadores no es bien entendido.", continuó Delfabbro, quien señaló que a menudo, el problema de los adictos al juego radica en su concepción de la realidad y el desarrollo social.

"Dentro de la cultura del juego, existe gente que ha tenido problemas desarrollando relaciones en el mundo real y a menudo prioriza sus actividades. Lo que contrasta escuetamente con su habilidad para tomar decisiones y tener logros en el ambiente virtual. En algunas instancias, ambos, su sentido de identidad y propósito, están ligados a sus metas de un juego de Internet o videojuego. Algunos jugadores podrían identificarse más estrechamente con su personaje virtual o avatar que con la gente del mundo real."

La adicción a los videojuegos fue añadida al Manual Estadístico y Diagnóstico para Desórdenes Mentales en mayo de 2013 y en enero de este año, se añadieron los parámetros de diagnóstico. El problema es considerado de salud pública en países como Corea del Sur.