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Desde hace décadas, es un lugar común el explotar el estigma que pesa sobre los videojuegos, abordándolos desde perspectivas negativas y en relación con problemas que, en realidad, obedecen a causas sociales o familiares. Sin embargo, también existe la otra cara de la moneda y diversos estudios han destacado el impacto positivo de esta forma de entretenimiento y el más reciente señala su aportación en el tratamiento del cáncer en menores de edad.
El gaming como apoyo en el tratamiento del cáncer infantil
De acuerdo con un artículo publicado por la Fundación Juegaterapia en el Journal of Medical Internet Research y titulado The Association Between Pain Relief Using Video Games and an Increase in Vagal Tone in Children With Cancer: Analytic Observational Study With a Quasi-Experimental Pre/Posttest Methodology, los videojuegos tienen un impacto positivo en los pacientes menores de edad que sufren algún tipo de cáncer y se encuentran en tratamiento. En ese sentido, la publicación publicó los resultados de un estudio aplicado en niños con cáncer en el Hospital La Paz, en Madrid, España, donde un grupo de menores se divirtió con videojuegos durante algunas etapas de su tratamiento.
Según los resultados del estudio, los niños en tratamiento de cáncer que jugaron videojuegos registraron una disminución de 20% en el uso de morfina y también una reducción en el dolor provocado por la enfermedad. Asimismo, el gaming tuvo impacto en el proceso de recuperación con un 14% del tono parasimpático, o sea la reacción del cuerpo humano ante una amenaza.
Al respecto, Francisco Reinoso-Barbero, Jefe de la Unidad de Manejo del Dolor del Hospital Infantil La Paz. señaló: "la implicación médica de estos descubrimientos es importante porque los videojuegos podrían convertirse en parte del plan terapéutico no farmacológico contra el cáncer pediátrico".
Por su parte, Mario Alonso Puig, médico e integrante de la Fundación Juegoterapia, mencionó: "cuando un niño está absorto en un juego que ama, todo este proceso de generar pensamientos perturbadores, dolor y ansiedad se detiene. Gracias a que pueden estar completamente inmersos en el juego, los niños activan su sistema parasimpático. Esta segunda área del sistema nervioso vegetativo tiene 2 funciones: por un lado, favorece la interacción social; por otro, ayuda a mantener el equilibrio interno del organismo, la homeostasis, que a su vez reduce el desgaste de otros órganos del cuerpo".
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