En 2004, la productora Aplaplac lanzó en Chile el programa infantil 31 minutos, y años después se transmitió por Nickelodeon. Se traba de una propuesta fresca e interesante tanto para la televisión de ese país como para la del resto de Latinoamérica. Su estética de bajo presupuesto y sentido del humor recolectó seguidores a lo largo del continente, y después de 3 temporadas, 3 discos, una película, una obra de teatro y una gira de conciertos, 31 minutos ha dado el salto a los videojuegos.

Desarrollado para iOS, Android y hasta para Windows Phone, este título es un compilado de minijuegos muy al estilo de WarioWare, en el que realizas actividades muy sencillas en un periodo muy corto, y en el que cambian las situaciones, los escenarios y los personajes.

El juego está presentado como si se tratara de un capítulo de la serie en la que aparecen titulares que son bloques de minijuegos donde se agrupan gestos táctiles familiares, como oprimir o arrastrar.

En total son 4 titulares: el botón misterioso, Justin Cuchara, la garra y la nota verde; cada uno presenta un intro en el que se cuenta una pequeña historia y en el que participan las voces originales del show. Además de los 4 segmentos del programa también existen 2 Mixes que son compilados de minijuegos donde se combinan 2 tipos de actividades, pero lo mejor de todo son los juegos de Guaripolo, una quinta sección que aparece después de los créditos en las que se mezclan todos los minijuegos en un modo de supervivencia donde se tienen 3 vidas en total y cada actividad exitosa suma a un marcador que puede compartirse en las redes sociales.

La variedad de los minijuegos es aceptable aunque sus mecánicas no tienen una calidad consistente y a veces pueden ser confusas. Sin embargo, debemos reconocer el profundo conocimiento que los desarrolladores del juego tienen de la serie, ya que las situaciones y referencias en el diseño de niveles no se limita a los personajes principales del show, sino a todo el universo de 31 minutos, incluida la película y la música que ameniza muy bien las partidas.

Un rasgo desconcertante del juego es su aspecto gráfico, pues recurre a un estilo de ilustración pixelado y de baja calidad, que suponemos busca emular la estética Lo-Fi del programa de televisión, pero no está bien lograda, pues cae en inconsistencias de estilo como el uso de degradados y blurs. Otro punto negativo es el lipsync en los diálogos y la calidad de ciertos audios que se escuchan como si hubieran sido grabados de forma casera.

31 Minutos es un buen souvenir para los admiradores de la serie por su diversidad de situaciones y personajes, sin embargo, como juego no posee mayor valor que el de uno casual promedio para celular; dicho de otra forma, está hecho para fanáticos del programa de televisión, no para videojugadores.