Tú decides: puedes amarlo u odiarlo; de cualquier manera, Breath of the Wild marcó un nuevo inicio para The Legend of Zelda. Desde que salió era evidente que las entregas 3D seguirían basus pasos. Sin embargo, las entregas posteriores que usan cámara desde arriba siempre nos darán esa probadita de estilo clásico, ¿verdad? ¡Parece que no!

The Legend of Zelda: Echoes of Wisdom es una nueva aventura que toma las bases de entregas como A Link to the Past y las combina con mecánicas claramente inspiradas en la libertad de Tears of the Kingdom. ¿Es una mezcla ganadora? ¿O será que Nintendo metió la pata para arruinar lo que no estaba roto?

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Creatividad vista desde arriba

Echoes of Wisdom es una aventura muy diferente al resto de The Legend of Zelda por una razón evidente: es la primera entrega protagonizada por la princesa Zelda; y sí, lo decimos de esta manera porque la basura que algún día vimos fuera de consolas de Nintendo no cuenta. Así pues, después de 30 años es Link quien está en apuros y el destino de Hyrule se encuentra en las manos de su monarca.

No cometas el error de pensar que la diferencia entre Zelda y Link está únicamente en el modelo de personaje. La princesa tiene otras fortalezas y habilidades, lo que resulta en una experiencia jugable completamente diferente. Lo primero que notarás es que Zelda no es una guerrera, así que olvídate de pensar en la espada y el arco como tus principales herramientas de combate. Más bien deberás prepararte para utilizar un báculo mágico que te permite memorizar diferentes objetos y enemigos para invocarlos según lo necesites.

Todos los sistemas de Echoes of Wisdom brillan gracias a una nobleza en su filosofía de diseño que convierte el mapa en un arenero que te da la libertad de decidir cómo quieres solucionar los problemas. Claro que no te ofrece una completa libertad, pero la mayoría de los problemas tienen más de una solución, lo que motiva a dar rienda suelta a la creatividad para experimentar y sorprenderte con los resultados. Se trata de un concepto que se extiende más allá de los acertijos, puesto que también aplica para momentos como la exploración y el combate; de hecho, es ahí donde Echoes of Wisdom encuentra su identidad dentro de The Legend of Zelda.

Por ejemplo, aunque Zelda puede aprovechar una habilidad especial para poder atacar con espada por un tiempo limitado, la realidad es que la mayoría del tiempo tiene que defenderse de otras formas. Esto puede ser invocando criaturas que derrotó previamente o haciendo aparecer objetos para distraer a sus enemigos o incluso para bloquearles el camino. Por otro lado, alcanzar nuevas zonas del mapa o descubrir secretos no dependen de un objeto en específico como el hookshot, sino de tu creatividad para saber utilizar y combinar los materiales aprendidos y así puedas desplazarte.

Lo más interesante de esto es que Echoes of Wisdom crea una nueva fórmula que rompe convenciones de The Legend of Zelda. No es como si jugar un Zelda signifique que jugaste todos, pero es cierto que en cada entrega se mantienen varias tradiciones que van desarrollando una especie de lenguaje con el jugador. Por ejemplo, si en un calabozo encuentras un interruptor de color sabes que tienes que golpearlo con una flecha para activarlo. Echoes of Wisdom mantiene las ideas base de este lenguaje, pero se interpretan de otra forma y eso te obliga a pensar diferente. De este modo, la próxima vez que hallas un interruptor sabes que tienes que activarlo al golpearlo con algo pero, ¿con qué? Es aquí donde tu creatividad debe empezar a encontrar soluciones nuevas. Este cambio puede parecer poco, pero hace que cosas que antes dabas por hecho se conviertan en nuevos retos. Muchas veces la solución está frente a tu nariz, pero te cuesta encontrarla porque tu cerebro está convencido de que el camino correcto debe ser mucho más complicado. Es en estos momentos donde Echoes of Wisdom resulta brillante, porque se presenta como una deconstrucción de acertijos que hemos resuelto en una infinidad de ocasiones.

Con esto, Echoes of Wisdom se convierte en el puente que conecta 2 eras de la franquicia. Por un lado, tenemos el estilo clásico de vista desde arriba como el de A Link to the Past y un énfasis en los acertijos que recuerda mucho a Oracle of Ages. Por el otro, vemos un juego suelta tu mano para darte un lienzo en el blanco que te permite pintar tu propia aventura como lo hicieron Breath of the Wild y Tears of the Kingdom. Algo que vale la pena mencionar es que Echoes of Wisdom no es una combinación de estos 2 estilos de Zelda ni tampoco como una evolución del estilo clásico. Más bien llega para convertirse en un tercer tipo de The Legend of Zelda que tiene el potencial de elevarse por sí solo. Desgraciadamente, hay momentos donde falla en eso, pero sobre eso hablaremos un poco más adelante.

En lo que quiero concentrarme ahora es en destacar que Echoes of Wisdom tampoco cae muy lejos del árbol. Si bien intenta romper muchas de las tradicionales de los Zelda con cámara desde arriba, hay algunas cosas que nunca cambian. Es por esto que la dirección de arte está bien lograda con estilo chibi que nos hace sentir como si estuviéramos siguiendo a un pequeño personaje que se mueve por una maqueta. Es así como Echoes of Wisdom nos demuestra que Nintendo ya encontró una estética ganadora para los Zelda de este tipo y sólo es cuestión de que le permita evolucionar y solucionar un pequeño problema del que hablaremos después. La presentación se eleva a otro nivel gracias a una banda sonora que conserva la esencia de la serie, pero con melodías que llevan una cadencia que nos confirma que esta no es otra aventura de Link.

Una fórmula que aún tiene que madurar

Tristemente, hay algo que limita todo el potencial de Echoes of Wisdom. Antes mencionamos que cada problema tiene varias respuestas, pero con el paso de las horas te das cuenta de que la variedad no es tan grande como quisiéramos. En consecuencia, te verás utilizando las mismas soluciones una y otra vez. ¿Necesitas pasar sobre un abismo? Crea un puente de camas. ¿Hay un corazón a una altura inalcanzable? Empieza a armar torres con mesas y cajas de madera para ir trepando poco a poco; con eso seguramente llegarás.

Claro que el juego hace algunas cosas para sacudir la acción del momento, por lo que el ritmo sigue siendo suficientemente bueno como para mantenerse en notas altas. Dicho esto, es un problema que provoca que Echoes of Wisdom vaya perdiendo esa magia que te hace sonreír como un niño durante sus primeras horas. Puede que sea una consecuencia de que un Zelda de este estilo sea algo nuevo y que Echoes of Wisdom sea apenas el primer paso de un concepto que puede evolucionar o madurar; también es posible que estemos pidiendo demasiado y que la perspectiva desde arriba limite la cantidad de acertijos que pueden diseñarse. Sea lo que sea, se trata de un concepto con mucho potencial por explorar más allá de lo que vimos en Echoes of Wisdom.

Por otro lado, reconocemos que el combate de Echoes of Wisdom puede llegar a ser gris. Tu tiempo con espada en mano está limitado, así que la mayoría del tiempo derrotarás a los enemigos al invocar a criaturas que pelearán por Zelda. Ojo: esto es exactamente como suena: no controlarás a ninguna de estas criaturas y únicamente verás cómo acaban con los enemigos por ti. Claro que hay cierto grado de estrategia porque algunos monstruos son más efectivos en ciertas situaciones; sin embargo, la mayor parte del tiempo el combate consiste en ver a 2 NPC peleando.

El último punto que señalamos es lo que posiblemente nos lleva a otro problema, y es que el mundo tampoco es particularmente interesante. El Hyrule de Echoes of Wisdom parece el mismo que el de A Link to the Past, pero en otro punto de la línea temporal. Esto hace que explorarlo tenga un aire de nostalgia y es que resulta verdaderamente especial visitar lugares que conocimos hace más de 30 años, pero ahora expandidos, modificados o incluso destruidos. El problema es que tampoco tiene el encanto como para impactar como el Hyrule del juego de Super Nintendo.

El mapa de A Link to the Past tenía la fortaleza de estar diseñado por recuadros, lo que hacía que los desarrolladores pudieran inyectar algo especial en cada uno. En algunos casos era un grupo de enemigos; en otros, algún secreto y en los mejores era una ambientación que te dejaba la piel de gallina. En Echoes of Wisdom el mapa se libera de la cuadrícula para entregar una estructura moderna, pero eso resulta en una exploración degradada. No hay locaciones icónicas que puedan convertirse en pósters ni tampoco escenarios que recuerdes por sus épicos enfrentamientos. Más que un error esto es un diseño para que Hyrule se adapte a las necesidades de combate y resolución de acertijos de Echoes of Wisdom; tristemente, daña las emociones que entrega la exploración. Eso sí, queremos dejar algo bien claro: no se trata de un mal mapa. De hecho, brilla porque, como dijimos, la exploración tiene alma de acertijo y constantemente debes pensar cómo aprovechar las habilidades de Zelda para alcanzar nuevos lugares. Simplemente hubiéramos deseado que tuviera esa sensación de épica aventura que nos atrapó en A Link to the Past.

Por otro lado, también tenemos que mencionar que, de nuevo, Nintendo y Grezzo nos fallaron. Una de nuestras principales críticas del remake de Link’s Awakening es que su bonito estilo visual se veía manchado por una terrible decisión: el borde de la pantalla tiene un efecto de desenfoque que intenta simular un estilo tilt shift para dar profundidad. Es una decisión artística con una buena intención, pero la ejecución es mala, con una línea de desenfoque en los bordes de la pantalla. En lugar de sentirse como un efecto que eleva el estilo visual, es una molestia que te hace sentir como si alguien con dedos grasosos acabara de tocar tu pantalla.

The Legend of Zelda sigue encontrando formas de reinventarse

Con todo eso dicho, es agradable ver que, después de más de 30 años de historia, The Legend of Zelda sigue encontrando formas de renovarse. Por momentos parecía como si la fórmula de Breath of the Wild y Tears of the Kingdom sería el único cambio que veríamos por un buen rato, pero Echoes of Wisdom nos deja ver que aún hay muchos lugares que la franquicia no ha visitado. Claro que se trata de un intento por combinar la magia de A Link to the Past con la de Breath of the Wild, pero esto resulta en algo con identidad propia.

Echoes of Wisdom es un juego sólido, con ideas fantásticas que te obligará a reprogramar ese cerebro de The Legend of Zelda que has ido forjando durante años y años de práctica. Grezzo creó una experiencia que vale la pena probar y un viaje que ningún fanático de la franquicia se arrepentirá de haber iniciado. Eso sí, tampoco podemos tapar el sol con un dedo y hay varios elementos en el diseño del juego que fallan porque no alcanzan la madurez que vemos en juegos que marcan época. Ojalá que no sea la última vez que vemos una aventura de Zelda con este estilo.