El estudio bostoniano Harmonix se fundó hace casi 20 años y a lo largo de este tiempo ha incorporado la música a sus sistemas de juego, muchas veces con éxito. A City Sleeps es su nuevo título y aunque presenta un par de ideas interesantes, está muy lejos de las glorias pasadas.

A City Sleeps cuenta la historia de Poe, el miembro más joven de The Silk, un antiguo clan de exorcistas de sueños que pueden entrar en la mente de los durmientes para librar sus sueños de demonios. Cuando los residentes de la ciudad de Sanlo caen en un sueño sin fin, sólo Poe puede rescatarlos de una pesadilla que nunca terminaría. Esta joven utiliza un arma legendaria: la Koto-espada Heartstrings, además de contar con la protección y ayuda de fantasmas poderosos para limpiar sueños y descubrir los oscuros secretos del lugar.

Estamos frente a un shoot’em up horizontal controlado con un sistema de 2 sticks: 1 para moverse y otro para disparar y dar golpes cuando los enemigos están cerca. Como ayuda adicional durante algunas etapas de cada nivel, Poe recibe el apoyo de reliquias, que son objetos dentro de los sueños donde puedes depositar a tus fantasmas, seres que poseen habilidades especiales como curarla o atacar adversarios. Cuando accionas el poder de los fantasmas en las reliquias, estos pueden lanzarlo en un radio limitado o esparcirlo como partículas por toda la pantalla. Tanto los fantasmas como las reliquias se desbloquean a lo largo del juego y una buena combinación de ellos puede beneficiar tu desempeño.

El poder especial de la espada puede liberarse tras haber llenado una barra de poder mediante ataques melee y sirve para deshacerte rápido de un gran número de enemigos. Cada elemento en pantalla emite un sonido, que al combinarlos forman un track de música electrónica con elementos que van del jungle y el drum & bass al dubstep. Aquí nada aparece por casualidad: cada enemigo y disparo contribuye a conformar la música; cada nueva partida se siente diferente y si te dejas llevar por los sonidos, es fácil disfrutar la experiencia, pero no seas condescendiente, pues la dificultad requiere que permanezcas atento.

Cada nueva partida se siente diferente

A lo largo del juego hay 3 sueños, cada uno con 5 niveles de dificultad y 3 actos, en los que debes soportar oleada tras oleada de enemigos y pelear contra un jefe. Aunque el reto aumenta significativamente con la dificultad, los enemigos son los mismos. Cada sueño, a lo sumo, dura unos 15 minutos, por lo que en total tendrías 45 minutos de contenido; el resto es repetir cualquiera de ellos en dificultades más altas. Esto puede ser muy desafiante, pero no aporta más.

Aunque los elementos de la historia podrían resultar interesantes, ésta se presenta brevemente en el tutorial y en cuadros de texto en los menús, no hay cinemátics, diálogos o algún otro elemento narrativo. La presentación del juego es atractiva en cuanto al diseño de personajes y enemigos; es alucinante ver la pantalla repleta de proyectiles enemigos y ser capaz de esquivarlos y seguir atacando. Los jefes son un tema aparte, pues pareciera que sólo 2 de ellos guardan relación con su entorno, mientras que el otro es simplemente material reciclado.

Si bien la dirección de arte es interesante, no abarca todos los aspectos de la presentación, ya que el sistema de menús luce anticuado y desordenado. El sonido es magnífico, y resulta lamentable que la duración del juego reduzca una experiencia tan placentera y desafiante, que si bien no incluye elementos individuales innovadores, tiene lo necesario para ser eficaz.

A City Sleeps parece más un buen ejercicio de desarrollo que un producto final. La experiencia es disfrutable, pero su corta duración y falta de evolución en dinámicas de juego son decepcionantes. Esta vez, Harmonix nos quedó a deber.