Review

Wolfenstein: The Old Blood

Una adecuada combinación entre viejo y nuevo
LEVELUP 7.5 Regular

PROS:

La acción clásica se combina adecuadamente con las mecánicas de combate modernizadas

La estética del Castillo Wolfenstein y el diseño de personajes neogótico permanecen intactos

Retos que inyectan rejugabilidad

CONS:

El juego te sugiere acabarlo en sigilo

Campaña de poca duración

En 2014, Wolfenstein: The New Order nos enseñó que es posible revivir una franquicia que había esperado más 20 años una segunda y hasta una tercera oportunidad. El veredicto fue positivo: The New Order fue una bocanada de aire fresco en una época que había olvidado sus raíces, ya que introdujo mecánicas clásicas con un toque moderno. Por su parte, Wolfenstein: The Old Blood es una entrega stand-alone que volverá a tocar los elementos que más nos gustaron de la entrega pasada; la pregunta es ¿logrará mantenerse relevante?

Wolfenstein: The Old Blood comienza en 1946 con nuestro héroe, William "B.J." Blazkowicz, en una misión de infiltración en el temible Castillo Wolfenstein y, como es costumbre, la ejecución del plan no sucede como estaba pensada. La primera secuencia del juego es de sigilo y se alarga letárgicamente sin razón; sucede que hay que evadir una súper armadura en más ocasiones de las que te hubiera gustado. Después de abrirte camino de manera sigilosa encuentras a uno de los primeros antagonistas, el sujeto ejemplar de la juventud nazi y su temible mascota, y entonces te capturan las fuerzas enemigas.

De cierta forma, Wolfenstein: The Old Blood nos remonta al título original de la serie, Wolfenstein 3-D, pues como en antaño, la acción comienza al escapar de una celda y abrirte paso en el Castillo Wolfenstein eliminando a cientos de nazis. El inicio es torpe y lento debido a que estás sometido a un par de secuencias en rieles donde manejas un bote y eso resta oportunidad a explorar el mítico castillo. Cuando logras recorrerlo, te das cuenta de que la arquitectura neogótica futurista de la entrega de 2014 permanece intacta, lo que resulta en una mística experiencia apoyada con la imagen esotérica de los nazis.

La estética neogótica futurista de los enemigos permanece intacta
La estética neogótica futurista de los enemigos permanece intacta

La temática ocultista de los nazis te lleva a una excavación de varias criptas donde encuentras zombies nazis. Lo anterior también me hizo recordar un lanzamiento de id Software en 1996, me refiero a Quake. La combinación de los temas misteriosos resultó en un agradable regreso a criaturas que incluso conservan el nombre que usaron en aquella entrega; sin embargo, se quedan cortos en cuanto a variedad, ya que sólo vemos una versión del nazi místico y el jefe final es el punto más anticlimático de la historia, pues a diferencia del que conociste en The New Order, éste es un costal de puntos de salud y carece de las mecánicas de dicho lanzamiento.

A pesar de lo anterior, la acción de The Old Blood permanece intacta, por ejemplo, aún puedes empuñar armas dobles (un fusil en cada mano e incluso 2 poderosas escopetas), lo que resulta en una combinación sumamente poderosa y de doble filo, porque consumirás las reservas de municiones muy rápido. También hay nuevos invitados a la fiesta, como una pistola que lanza granadas y es ideal para despachar grupos de enemigos o eliminar rápidamente a los más pesados; y un fusil de un disparo que más tarde podrás convertir en rifle de precisión con una mira telescópica. En la entrega pasada había diferentes épocas, así que el armamento cambiaba estética y tecnológicamente; Wolfenstein: The Old Blood carece de aquella variedad e incluso siento que se perdió la oportunidad de diseñar un arma poderosa siguiendo la naturaleza oculta del juego.

Brutal
Brutal

La acción continúa siendo brutal y verás ciertas mecánicas de antaño con un toque moderno; la salud se regenera gradualmente, como en cualquier FPS moderno, pero en bloques. Esto quiere decir que si sobreviviste un ataque que te dejó en 10 de salud te regenerarás hasta 20 y tendrás que encontrar paquetes de salud para superar dicha cifrar y subir más. También tienes armadura que deberás encontrar en todos los rincones del juego, incluso puedes armarte con los pedazos de acero que dejan los enemigos con armadura. Tendrás que recoger muchos cascos que te dan pequeñas cantidades de armadura; de hecho, en una secuencia de sigilo me encontré arriba de un enemigo y el juego me permitió robar su casco; después lo intenté en otras situaciones, pero no fue posible.

Uno de los pocos problemas que detecté en Wolfenstein: The Old Blood es la estructura del combate, la cual resta agilidad a la experiencia; tienes que saber que en cada secuencia de acción y área por explorar se presenta una situación de sigilo donde hay que eliminar a 2 oficiales nazis equipados con un radio. Este diseño sugiere completar los niveles sin alertar a los guardias y hasta reiniciar la secuencia cuando te detectan. Eso es contraproducente porque te desvía de lo realmente importante: la frenética acción y brutalidad de correr, disparar, tomar cobertura y volver a disparar. Los jugadores inteligentes que quieren el mayor reto podrán convocar el caos y terminar el juego eliminando una gran cantidad de nazis debido a que no existe alguna penalización por ser detectado, el problema es que Wolfenstein: The Old Blood te sugiere terminarlo en sigilo.

También hay un sistema de perks que mejoran de forma pasiva tu desempeño. Estas mejoras se desbloquean al completar ciertos desafíos, por ejemplo para tener más salud deberás recolectar paquetes de salud y así incrementarla a más de 100, es decir, sobrecargarla. Otras opciones aumentan la cantidad de munición en los cartuchos de ciertas armas. La verdad es que el sistema se siente sin sustancia porque no afecta demasiado la forma de jugar; de hecho, si no ingresas en el menú correspondiente no notarás que existen. Por otro lado, los coleccionables se presentan en forma de barras de oro que deberás encontrar en todos los niveles y escritos que desbloquean arte conceptual.

Fiel a su tradición, Wolfenstein: The Old Blood te permite dormir en diferentes partes del juego para tener una pesadilla y jugar un nivel completo de la entrega de 1992, incluidas sus zonas secretas. Por fortuna, estas secuencias suceden a menudo y pueden considerarse un respiro del ritmo de la acción y también son un recuerdo latente de cuánto han evolucionado el género y la franquicia.

Para fomentar la rejugabilidad, The Old Blood ofrece un sistema de desafíos que se consiguen durante la campaña principal y constan de selectas secuencias de acción; la diferencia es que ahora compites contra el reloj y por puntos. Deberás completarlas en el menor tiempo posible y de la mejor manera, es decir, eliminando rápidamente a los enemigos con diferentes armas, por ejemplo disparos a la cabeza. Lo anterior sirve para incrementar tu puntuación y terminar las secuencias hasta con 3 medallas. El sistema de retos es una excelente adición debido a que la duración del título es muy corta y enfoca lo mejor que contiene: su desenfrenada acción. Me gustaría que más juegos ofrecieran sus mejores secuencias de acción bajo esta modalidad.

Wolfenstein: The Old Blood recurre a los mismos trucos que nos sorprendieron en la entrega anterior; el diseño gótico del castillo, el armamento y los enemigos continúan siendo adecuados y lo mismo se puede decir de la acción que, a pesar de estar detrás de un elemento de sigilo, continúa siendo brutal y ágil. Además, los elementos que promueven la rejugabilidad son bien recibidos, en especial porque se trata de un stand-alone, así que puedes estar seguro: The Old Blood es una buena elección.

I am Death incarnate!
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