Nioh es un RPG de acción muy largo y desafiante que ofrece horas y horas de contenido; 20 misiones principales; 100 secundarias; modos hardcore; grinding y jefes que pueden tomarte mucho tiempo si no estás preparado. En el momento de escribir esto llevo un poco más de 45 horas de juego y siento que aún me falta mucho por ver y aprender antes de dar un veredicto final.

Nioh se lleva a cabo en el Japón feudal del siglo XVII y la ambientación es excelente. Las casas tienen la arquitectura de la época y los pueblos se sienten bien diseñados. Visitarás tumbas, castillos, mansiones, cuevas, bosques y barcos hundidos. En ocasiones habrá nieve, en otras lluvia y a veces será un simple día soleado. En el apartado gráfico el juego no resalta mucho, ya que está optimizado para correr a 60 cuadros por segundo más que para deslumbrarnos con su aspecto. Pero en el caso de Nioh las gráficas no son tan importantes como el excelente gameplay.

A simple vista, podría decirse que Nioh es un clon de Dark Souls porque tiene las mismas mecánicas básicas, pero después de pasar cierto tiempo con él, las diferencias se vuelven obvias y es muy evidente que Nioh tiene la suficiente fuerza para pararse solo e, incluso, para superar a su maestro en casi todas las áreas. Sé que esto último es una blasfemia para los fans de Dark Souls y por eso es importante dejar claro que soy uno de ellos. Pasé más de 103 horas en el primer Dark Souls, acabé el segundo y el tercero, y saqué platino en Bloodborne en el modo más difícil, así que podría decir que he jugado lo suficiente como para aburrirme un poco de la fórmula. Con Nioh esperaba un juego igual a Dark Souls que no reinventara la propuesta y creí que me hartaría un poco después de haber jugado tanto la serie Souls, pero vaya que estaba equivocado.

Nioh es un juego que se siente muy familiar para quienes han jugado Dark Souls. Para los que no, podría ser un título muy difícil, al grado de ser frustrante. Afortunadamente, la curva de aprendizaje está muy bien diseñada y si nunca le has entrado a un Souls, poco a poco irás entendiendo las mecánicas y el adictivo modo de juego.

La mecánica principal de Nioh se basa en la Amrita y los templos (que son el equivalente a los Souls y los bonfires de Dark Souls). Cada enemigo que matas te dará algo de Amrita, piedra que es la “moneda” que cambias para poder subir de nivel, algo que sólo puedes hacer en los templos que están esparcidos por el mapa. Si te matan, dejarás tu Amrita tirada en el lugar de tu muerte y el juego te regresará al último templo donde rezaste, así que si quieres tu Amrita de regreso tendrás que volver a donde moriste para recogerla. El problema es que los enemigos renacen cada vez que regresas a un templo y si mueres en algún punto del trayecto para recuperar tu Amrita, ésta desaparecerá y te quedarás en ceros. Esta mecánica le añade mucha tensión y emoción al juego, y hace que haya una consecuencia real por perder.

Toda la dificultad va bien hasta que, de pronto, enfrentas a un jefe que parece totalmente imposible y que casi te mata de un golpe. Entonces te das cuenta de que necesitas aprender cada uno de sus movimientos y patrones para vencerlo. Para muchos, esto puede ser una desventaja porque detiene en seco el avance y requiere que analices los ataques del enemigo y que reacciones en milésimas de segundo ante cualquier cambio repentino. Para otras personas, eso es lo que da sabor al juego, pues lo vuelve difícil y se convierte en un complicado reto a superar, algo agradable sobre todo por la enorme cantidad de opciones disponibles para el jugador.

En Nioh tienes acceso a 5 tipos de arma: espadas, espadas dobles, lanzas, hachas y la kusarigama (un gancho unido a una cadena). Cada una de estas armas tiene su estilo particular así como sus ventajas y desventajas. Por ejemplo, las espadas dobles son rápidas pero no tan poderosas, mientras que el hacha es muy fuerte pero es lenta y te deja abierto a recibir daño si no asestas el golpe al enemigo. Todo esto es típico en muchos juegos, pero en el caso de Nioh hay una mecánica que expande el combate a otro nivel; las posturas. Cada tipo de arma en el juego puede ser blandida de 3 formas ya sea en postura baja, media o alta. En el caso de la postura baja, las armas pesadas y lentas pueden usarse de forma más rápida, con golpes más débiles pero veloces, mientras que las armas que son rápidas por naturaleza pueden dar aún más golpes por segundo. Si decides usar la postura alta con un arma pesada, el golpe es más lento y pesado, pero devastador. La postura media es la más equilibrada de las 3 y te permite pegar con más ritmo. Cada una de estas posturas tiene sus propios combos, diferentes con cada arma, de manera que cuentas con 15 estilos de juego que puedes usar según tus gustos –cada uno con sus golpes finales que puedes escoger más adelante en la historia-. Esta mecánica cambia el juego por completo y separa por si sola a Nioh de la serie Souls y de casi cualquier juego de acción cuerpo a cuerpo.

Pero no creas que elegirás tu arma preferida y te dedicarás a hacer el mismo combo 1,000 veces porque ya le agarraste maña, pues hay jefes y enemigos comunes que son más fáciles de matar con algunas armas en ciertas posiciones. Además, por más cómodo que estés con una kusarigama o un hacha, de pronto encontrarás una lanza o unas espadas dobles mucho más poderosas y tal vez hasta con daño elemental, así que te será más conveniente aprender a manejar un nuevo estilo que seguir con tu combo consentido. Esto da mucha variedad al juego y hace que siempre se sienta fresco.

Por supuesto, eso no es todo. En el menú principal también puedes mejorar tus armas con diversos materiales que encuentras por el mundo o añadir ataques especiales a tus combos. Estas habilidades se compran con puntos especiales en un sistema de desarrollo de armas y te permiten hacer cosas como agarres que causan un gran daño, aprender a embestir a tus enemigos por la espalda e, incluso, ataques finales que bajan el Ki de tus contrincantes a media pelea.

Vayamos al Ki. Debajo de tu barra de vida encontrarás un indicador verde que es tu stamina o condición física (Ki). Si ese atributo se te acaba no podrás atacar ni esquivar y si lo bajan a cero con un golpe mientras te cubres, no podrás moverte durante valiosos segundos en los que eres totalmente vulnerable a cualquier ataque. Sobre la cabeza de los enemigos también verás 2 barras; igual que en tu caso, representan vida y stamina (o “contaminación Yokai” si es un demonio). Si logras acabar con el Ki de un enemigo, se quedará inmóvil y abierto a ataques, lo que significa que es el momento perfecto para presionar triángulo y hacer un ataque brutal que baja mucho la vida de tu contrincante. Esta mecánica hace que estés pendiente de tu condición física y la de tus enemigos, y añade un elemento de estrategia muy interesante a la experiencia. A esto se suma que al final de cada combo puedes presionar L1 para recuperar algo de Ki y si lo haces en el momento justo hasta podrás incrementar tu ataque momentáneamente.

Los enemigos son interesantes y tendrás que conocerlos individualmente para poder vencerlos, ya que tienen estilos de pelea particulares, armas especiales e incluso posiciones de guardia y ataque alto, medio y bajo, igual que tú. Siempre tienes que ir con cuidado al enfrentarlos, pues incluso si estás 10 o 20 niveles por arriba de ellos, pueden matarte si eres descuidado. Tus contrincantes comienzan siendo relativamente débiles con algún minijefe difícil esparcido por ahí, pero de repente esos minijefes se vuelven los enemigos comunes, así que tienes que conocerlos bien y tener buen nivel para derrotarlos. Poco a poco irás conociendo nuevos enemigos y sus debilidades y no faltará el que te dé dolor de cabeza sólo de verlo de lejos porque siempre te mata.

Uno de los puntos débiles del juego, al menos en las primeras 45 horas, es que no hay una gran variedad de enemigos y te encontrarás matando a las mismas clases una y otra vez (aunque portando diferentes armas) y aunque esto no se vuelve aburrido, si se agradecería más diversidad.

Nioh es un juego especialmente implacable y no te perdonará un error. Puedes estar ganando cómodamente a un enemigo y, en un descuido, recibir un golpe fatal que te mate aun cuando tengas la energía casi llena. Esto puede ser muy frustrante al principio y te hará querer aventar tu control a la TV y tu PlayStation por la ventana, pero sabes que si el enemigo te mató fue porque te descuidaste y no por mal diseño del juego, así que inevitablemente regresarás a darle su merecido.

Cabe mencionar que las misiones principales no son tan difíciles como en la serie Souls y con unos pocos niveles arriba de lo sugerido podrás pasar las misiones con relativa facilidad, pero afortunadamente para los que quieren un reto hardcore, están las misiones twilight que son versiones mucho más difíciles de las misiones principales y que ofrecen mejores recompensas.

A diferencia de Dark Souls, Nioh no es un juego continuo y está dividido en 20 misiones principales que puedes repetir para acumular experiencia, así como cerca de 100 misiones secundarias (muchas de las cuales han absorbido la mayoría de mi tiempo). Estas misiones secundarias tienen sus mapas dedicados y en ocasiones son más gratificantes que las principales.

Dejé la historia del juego al final porque puede considerarse su punto más débil, ya que es algo inconexa, difícil de seguir y no se entiende muy bien. La trama se cuenta mediante secuencias cinemáticas in-game muy bien hechas y que se ven interesantes, pero de pronto te das cuenta de que llevas 4 y estás entendiendo muy poco. Aún leyendo todo el contenido extra —como la descripción de las misiones y las pantallas de carga— es complicado comprender los detalles de la historia.

A grandes rasgos, la historia está basada en los viajes de William Adams, un pirata inglés de la vida real que se cree fue el primer británico en llegar al Japón feudal del siglo XVII. En la historia oficial, Adams fue el responsable de establecer el comercio entre Japón, Holanda e Inglaterra y se convirtió en asesor del máximo comandante militar del imperio nipón y en el primer samurái occidental. En el juego, Adams es un guerrero formidable (con un parecido brutal a Geralt de Rivia) quien, gracias a su espíritu guardián Saorise, es capaz de localizar piedras espirituales de Amrita que le permiten ser un pirata poderoso. En cierto momento, descubre un proyecto militar para usar la Amrita como arma, lo que ocasiona que lo encierren como prisionero en la torre de Londres. Al escapar de su encarcelamiento, el químico Edward Kelley le roba a Saorise y comienza la aventura por su búsqueda.

TL;DR

En resumen; ¿Debes comprar Nioh? Si eres un fan de la serie Souls, te fascinó Onimusha o te encantó el remake de Ninja Gaiden, definitivamente. No lo dudes. Es más ¡deja de leer y hazlo en este momento! En lo que llevo de juego puedo decir que, por más difícil que parezca, Nioh supera a Dark Souls en el sistema de batalla, pues es más entretenido, variado e interesante. Tal vez no tenga la dificultad a la que estás acostumbrado, pero su ambientación, su mecánica de juego y su modo de combate te encantarán. Aparte de que tienes las misiones Twilight para satisfacer a tu hardcore gamer interno.

Si no has jugado Dark Souls pero quieres un juego desafiante, con un sistema de batalla interesante, bien pulido y profundo, Nioh es para ti. Ahora que si te frustras fácilmente y no estás dispuesto a morir decenas de veces para agarrarle la maña a un jefe tal vez podrías dejar pasar esta joya que seguro se convertirá en un clásico para un nicho de jugadores.

Tendremos la reseña y la calificación final más pronto de lo que crees.