Es común caer en la presunción de creer que LawBreakers es un juego más que persigue el éxito de otros fenómenos que han conseguido un estatus legendario. Las razones son obvias después de ver la premisa del debut de Boss Key Productions: un FPS por equipos donde 2 facciones compuestas por personajes con habilidades únicas compiten por la supremacía al completar una serie de objetivos. Aunque los elementos son comunes, la ejecución y la cuidadosa selección de ciertas filosofías de diseño son las características que colocan a LawBreakers por encima de la oferta actual y la que llegará en el futuro.

Técnicamente, LawBreakers es un híbrido entre un Arena Shooter y un Hero Shooter. La entrega toma los conceptos de impulso y movilidad que imprimen el carácter de los juegos Arena y la importante individualidad que tienen las unidades de combate que caracterizan a los títulos de héroes. El resultado es una combinación fresca e innovadora y, a la vez, terroríficamente diferente.

Por el lado mecánico, LawBreakers es una entrega sumamente familiar. Cada personaje emplea 3 habilidades: 1 puede ser un poder ofensivo o de apoyo, seguido de uno que ayuda a la movilidad del personaje y el último es un ataque devastador. Por ejemplo, veamos al Vanguard. Esta clase de combate es versátil y fácil de aprender; como arma principal emplea una ametralladora giratoria y entre sus habilidades está lanzar granadas y usar un jet propulsor; finalmente, su habilidad definitiva es impactar el suelo con gran fuerza, lo que desata un campo de baja gravedad a su alrededor.

En cualquier otro tipo de juego, la clase de Vanguard podría pertenecer a una categoría ofensiva o defensiva; sin embargo, LawBreakers es diferente porque a pesar de contar con personajes únicos, todos tienen una función idéntica: contribuir al esfuerzo colectivo del equipo con daño infligido. Esto es así porque, a pesar de que es un juego con énfasis en seguir una serie de objetivos, ninguno se cumplirá si no hay algún oponente abatido con anterioridad.

Todas las clases convergen en las arenas de combate que son grandiosos compilados de situaciones y escenarios que desafían la gravedad. Este apartado dentro del diseño general de LawBreakers es el que se encarga de imprimir parte de su esencia. Verás: cada mapa presenta un diseño general seccionado, donde los extremos son las bases de las fuerzas opositoras que se interconectan en el centro dentro de un área de baja gravedad. Esta peculiaridad de los mapas y el diseño del juego es la responsable de ofrecer una de las experiencias de combate más frescas en años recientes.

En pocas palabras, LawBreakers es una locura de combate Arena que derritió nuestro cerebro cuando empleamos conceptos básicos de física. Por ejemplo, al flotar en la baja gravedad y ejecutar el comando de disparar ciegamente, nuestro personaje obtuvo un empuje adicional que los comandos de movimiento tradicional no pueden otorgar; es decir, nuestro personaje disparó con su arma hacia atrás y eso lo impulsó hacia la dirección de la mira.

Existen otros artilugios de los mapas que cambian la forma de combatir. Por mencionar algunos, hay esferas con una propiedad de gravedad aumentada que ocasiona que tu personaje orbite dicha esfera para después ser arrojado. En LawBreakers la combinación de elementos provoca inolvidables enfrentamientos llenos de dinamismo.

Esto nos lleva a los modos de juego presentes en cada mapa y que son variaciones de los grandes clásicos en el género. Por ejemplo, encontramos que el más divertido por su atractivo universal es Blitzaball, modalidad universal semejante al antiguo deporte del balompié, donde el objetivo es obtener el control de un esférico y transportarlo hasta la base del enemigo. Ahora, analizando detenidamente las reglas de juego, nos damos cuenta de que Blitzball es un simple Capture the Flag pero glorificado y, desgraciadamente, lo mismo sucede con el resto de los modos de juego.

Una de las debilidades más grandes de LawBreakers es su falta de identidad. Nos referimos a que muchas entregas son identificadas por sus modalidades: recuerdas Battlefield por la modalidad de conquista y Call of Duty quizá sigue en tu memoria por la captura de puntos. LawBreakers, por su parte, carece de un modo memorable que se convierta en su esencia; pues las modalidades son como Uplink y Overcharge, que consisten, básicamente, en transportar un objeto —una bandera— de una base a otra para incrementar el puntaje y, eventualmente, ganar la partida. De esta forma, tenemos 2 modalidades que son el clásico modo CTF y otros 2 que básicamente son capturar puntos; el juego ni siquiera tiene un Team Deathmatch o incluso Deathmatch para intentar solventar lo anterior.

LawBreakers tiene tan poca personalidad, que es difícil recordar la apariencia general de un personaje después de unas horas de juego. Los diseños de personaje que ilustran a cada clase de juego son grises y acartonados, lo que quizá se deba a la dirección de arte que intenta hilar con realismo los temas de ciencia ficción postapocalíptica que describen los acontecimientos del juego. El resultado son personajes humanos con proporciones reales y armamento militar sin demasiados adornos estrafalarios.

A pesar de que los personajes tienen un apartado visual olvidable, el diseño de las habilidades de combate es notable y es factible que los recuerdes debido a todos problemas e inconvenientes que te hicieron pasar durante las partidas. Dentro de la variedad de personajes encontramos algunos imponentes como el Titan y ágiles dolores en el trasero como el Wrath. Otros son ejemplo de movilidad y letalidad, como lo deja claro el Gunslingler con su revolver minifrancotirador. El Juggernaut es un inconveniente al atacar y defender debido a su pared que bloquea el camino a los objetivos. Asimismo, destaca la clase Battle Medic, que es un ángel de la guardia durante los tiroteos.

Es interesante analizar conceptualmente LawBreakers porque representa un salto que separa la época de Overwatch y la del resto de juegos que siguen las mismas filosofías de diseño; esto nos tiene muy sorprendidos porque la entrega de Blizzard Entertainment tiene prácticamente un año desde su debut. De esta forma, podemos decir que LawBreakers es un antes y un después, y será interesante seguir de cerca el desarrollo de la siguiente oleada de juego para ver cómo cada uno emplea y aterriza las lecciones aprendidas.

Desafortunadamente, lo que impide el éxito de LawBreakers en este momento es la falta de identidad en la forma de una modalidad que encapsule el concepto de clases. Ésta necesita ser única, divertida y debe aprovechar por completo los conceptos de gravedad que es la joya en la rota corona de LawBreakers. En resumen, nos encontramos ante una excelente base que debe aprovecharse para crear una experiencia de combate y trabajo en equipo que difiera del resto de entregas. En su estado actual, el juego tiene mucho trabajo por delante si pretende competir con los gigantes de la industria, aunque no significa que carezca del factor diversión; al contrario, LawBreakers es una joya a la que falta lustre y un título que celebra con efectividad los valores competitivos que construyeron a un género y los principios de diseño que han valido el ascenso al estrellato de un juego que es su competencia.