Recientemente, los jugadores de consola y PC por fin pudimos disfrutar de Pac-Man 256, la última encarnación del concepto original de juegos de laberinto que es una de las leyendas indiscutibles de la industria desde hace más de 30 años. Desarrollado por una colaboración entre los creadores del éxito móvil Crossy Road y Cubemen, el juego es una perspectiva fresca para Pac-Man pero ciertamente palidece ante entregas como la famosa Championship Edition, obviamente por haber surgido como un juego móvil y por lo tanto una opción excesivamente simple y poco interesante por tu tiempo, pero recomendable dentro de sus limitaciones. A continuación presentamos nuestra mini-reseña de este mini-título.

El concepto de Pac-Man 256 está inspirado en el famoso glitch del arcade original, en el que al llegar a una escena que excedía el límite de 255 espacios en la memoria, generaba un laberinto con una mitad llena de caracteres aleatorios e imposible de navegar por completo. Se le considera tradicionalmente el final del juego, y es uno de los bugs más icónicos del gaming. Inspirados en dicho glitch, los desarrolladores de Hipster Whale y 3 Sprockets crearon un título infinito en el que Pac-Man debe navegar por un laberinto vertical que sube indefinidamente, mientras esquiva los tradicionales fantasmas del juego y consume power-ups tradicionales y nuevos para maximizar su puntuación y sobrevivir. El giro es que Pac-Man es perseguido constantemente por el glitch que consume el mundo del juego, así que tienes poco tiempo para tomar buenas decisiones y actuar.

En cuanto a diseño, el juego está inspirado en el Pac-Man clásico en su diseño básico: navegas laberintos llenos de puntos que hay que comer continuamente para incrementar tu score de manera exponencial, comes frutas para obtener puntos extras y súper píldoras para convertir a los fantasmas de cazadores en presas. Sin embargo, además de esas herramientas, tienes otras ayudas, pues Pac-Man cuenta en esta ocasión con un arsenal para acabar con sus enemigos: rayos láser, bombas, hielo que alenta a los fantasmas y mucho más. En realidad, la progresión del juego depende mucho de estas armas, pues entre más puntos obtengas puedes hacerles upgrade en potencia y duración para sobrevivir más tiempo en el laberinto.

En cuanto a los enemigos, los programadores tuvieron el acierto de dar características diferentes a los 4 fantasmas, Inky, Blinky, Pinky y Clyde, tal y como era en el arcade original. Inky (el rojo) te persigue rápidamente; Blinky merodea por diversas zonas y es muy territorial; Pinky se queda acechando y si te ve te persigue rápidamente, mientras Clyde es un despistado que merodea al azar y te causa muchos problemas. Hay además otros tipos de fantasmas, como formaciones que deambulan por ahí, y fantasmas dormidos de color gris a los que es mejor no despertar. En general el juego es un reto bastante considerable, quizás injusto: los pisos superiores están atiborrados de fantasmas y la única manera de sobrevivir es siempre tener un power up, cargado al máximo de tiempo, y rezar.

El juego está bien como expansión del concepto Pac-Man a una perspectiva más amplia, pero tiene sus problemas. Por ejemplo, el concepto de laberintos y fantasmas no funciona tan bien con el scrolling porque al estar en un espacio cerrado es muy posible seguir un camino y que al final salga un fantasma y te mate, sin que haya manera de anticiparlo... en un juego de plataformas esto no es así porque hay libertad de movimiento, pero Pac-Man ocurre en un carril, así que muchas veces la única manera de sobrevivir es no entrar a los túneles y apresurarte. En realidad el reto al final se vuelve un poco una cuestión de power ups, cuyas mejoras se pueden comprar, y no tanto de habilidad, como ocurría en el genial Championship Edition, que reflejaba en un contexto moderno la genialidad del Pac-Man clásico, que era un juego de reflejos, estrategia y astucia a alta velocidad. Aquí más bien se sigue el esquema móvil, donde el diseño tiene a propósito elementos un tanto disfuncionales para alentar la compra de items y ayudas.

El juego tiene un sólido look y música, aunque no sean nada del otro mundo. Quizás lo mejor del juego es el efecto glitch, bastante interesante, además de los "skins" inspirados en el Pac-Man clásico, que en la versión de PC y consolas son gratis en lugar de ser de paga. Asimismo, estas versiones incluyen un multijugador en el que tú y un amigo competirán por sobrevivir a los laberintos, lo que le da variedad al juego.

En general, Pac-Man 256 es una propuesta disfrutable pero le faltan inspiración y adicción. Es más el ejercicio de un nuevo diseñador sobre un clásico que un nuevo clásico, como lo fue el Championship Edition. En general, la sensación de volver al inicio una y otra vez en lugar de presentar niveles finitos en progresión hace que el juego se sienta poco variado y repetitivo. La generación aleatoria de niveles no es lo bastante diversa y puede llevar a situaciones absurdas de diseño, como túneles que llevan a la nada o a un fantasma esperando matarte sin aviso... En fin, un homenaje a un clásico y una propuesta sólida tanto en móviles como en consolas, pero nada milagroso ni que te mantendrá demasiado tiempo encariñado con él. Recomendable, pero no extraordinario.