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The Sexy Brutale es un juego de acertijos y exploración que te tomará por sorpresa gracias a la calidad de sus mecánicas de juego, temas y banda sonora. La premisa es sencilla: evita un asesinato en una lujosa mansión-casino sin interferir directamente con sus habitantes. En cambio, escudriña cada habitación como un fantasma y desencadena acciones para intentar salvar una vida. Si no tienes éxito, puedes repetir el mismo día, una y otra vez, en un ciclo interminable de agotadoras acciones que conforman la lúgubre y misteriosa atmósfera del juego.
The Sexy Brutale presenta una vista isométrica y su premisa es permitir resolver el misterio detrás de ciertos asesinatos que suceden dentro de una lujosa mansión barroca que lleva el nombre del juego. Sin embargo, existe una particularidad que distingue al juego cuando se compara con otros del mismo género y temática: la incógnita es la forma de evitar el crimen en vez de señalar al autor.
En The Sexy Brutale debes tener mucho ingenio para aplicar ingeniería inversa a través de las mecánicas de juego y así conocer los detalles íntimos de las partes involucradas para lo cual te apoyas con un reloj especial que te permite regresar en el tiempo para intentar evitar el acto. De esta forma, el progreso general del juego consiste en explorar la mansión, seguir los pasos de los habitantes hasta la culminación de un asesinato. Enseguida debes regresar el tiempo y actuar para salvar a la víctima.
A pesar de que la premisa es sencilla, la naturaleza críptica del juego y las mecánicas que se apilan una encima de la otra, transforman a The Sexy Brutale en una profunda experiencia de exploración y futilidad. El único consuelo que tienes es regresar en el tiempo, cuantas veces sea necesario, para presenciar impotente el asesinato de un huésped de la mansión. De alguna forma, The Sexy Brutale me recuerda a la mecánica del paso de los días en The Legend of Zelda: Majora’s Mask, donde debes ejecutar acciones específicas para obtener resultados que tienen implicaciones en el futuro.
Aquí, nuestro protagonista toma la forma de Lafcadio Boone, un viejo clérigo atrapado en un ciclo interminable de crueles asesinatos en una lujosa mansión-casino, donde tu objetivo es detener dichos atentados y progresar en la historia para hallar la razón detrás del festín sangre. Los primeros acertijos funcionan como un pequeño tutorial que ponen en evidencia las sencillas mecánicas de juego. En primer lugar, puedes mover al protagonista por los numerosos cuartos de la mansión-casino y hasta interactuar con objetos inertes que revelan cajas con breve texto que aportan color y sabor a la exploración. Enseguida, es posible utilizar las puertas de los cuartos de 2 formas diferentes: abriéndolas y cruzando al siguiente o bien, mirar hacia la siguiente habitación por el cerrojo. Asimismo, es necesario recoger ítems esenciales para la misión para después utilizarlos en el momento y lugar indicados.
Existe otra mecánica que establece el ritmo del juego. Debes saber que es imposible para el protagonista visitar la misma habitación que un huésped o un asesino; cuando esto sucede, un poder misterioso transforma las máscaras de los otros protagonistas en una fuerza hostil que te persigue por toda la habitación. El ritmo de juego resulta similar a un título de sigilo donde permaneces oculto en un armario, fuera del campo de visión de los personajes y escuchas susurros a través del la cerradura. De esta forma, la experiencia del juego consiste en explorar cada rincón de la mansión e interactuar con objetos esenciales que desencadenan acciones específicas para evitar un asesinato.
Revelar cómo funciona el engranaje del juego es un gran spoiler que arruina la experiencia porque encontrar la solución es una gran revelación. Sólo me puedo referir al primer nivel que funciona como tutorial; aquí es necesario utilizar un tipo de munición especial en el arma asesina. Esto conlleva conocer la locación de ambos ítems y ejecutar la acción en el momento adecuado; y puedes conocer toda esta información durante la exploración. Aunque el nivel tutorial es sumamente sencillo, captura la esencia de las implicaciones y capas de dificultad del juego.
Asimismo, The Sexy Brutale sigue al pie las convenciones del género Metroidvania; es decir, con el progreso de la historia adquieres máscaras que te confieren habilidades especiales con las que puedes abrir puertas que anteriormente se encontraban cerradas. Esto extiende tu rango de operación y también complica el juego, lo cual no es un punto negativo porque la experiencia de exploración se enriquece; de hecho, te verás obligado a recorrer cada habitación y seguir como una sombra a cada habitante de la mansión para conocer su rutina al derecho y al revés. A propósito, cuando descubres los pasos de cada personaje, el mapa se actualiza con las rutas que sigue; con esta herramienta puedes mantener un control más estricto en el momento de intentar detener el asesinato.
Como mencionamos, parte del tema del juego es el sentimiento de futilidad; nos referimos a que después de salvar a un huésped no tienes más remedio que regresar en el tiempo para salvar a otro, maldiciendo infinitamente al anterior. Este elemento lúgubre es evidente a lo largo del juego; por ejemplo, a las 3 de la tarde con 45 minutos se escucha en toda la mansión un triste recordatorio del asesinato en la forma de un sordo estruendo de escopeta. Lo mismo sucede con el resto de los personajes que dejas atrás; cada uno emite un sonido que marca el momento en que muere, lo que resulta una efectiva muestra de diseño de sonido perfectamente implementado a las mecánicas de juego.
Sin embargo, el juego desperdicia muchas oportunidades que lo transformaría en un reto indomable. Esto se debe a que sólo es posible salvar a un personaje o dúo a la vez y es necesario dejar atrás a los personajes que salvaste, de modo que todo se transforma en un ciclo interminable de violencia. El sistema de tiempo del juego también me recuerda a Dead Rising, donde el protagonista puede salvar a todos y cada uno de los personajes, pero realizar tal hazaña es una tarea monumental. The Sexy Brutale se beneficiaría a largo plazo de una modalidad de reto donde sea posible salvar a todos los personajes porque la duración del juego es un poco más de 6 horas debido a lo fácil que se tornan los acertijos una vez que dominas las mecánicas.
Por otro lado, la presentación de The Sexy Brutale es limpia y bien lograda; las habitaciones de la mansión son detalladas con cuidado de mantener apego a la dirección de arte de los personajes que son cabezones con facciones caricaturizadas y extravagantes. Sin embargo, la temática fútil del juego queda acentuada con la excelente banda sonora con piezas de jazz suave que transforma tu estado anímico en melancolía pura. Sin duda, la parte audiovisual se conjuga con excelencia y es uno de los atributos más fuertes del título.
Recapitulando, el juego presenta una atmósfera visual impecable y bien cuidada, acentuada con una excelente banda sonora. Las mecánicas están bien implementadas y son ingeniosas, aunque su espectro se vea limitado por la narrativa restrictiva de salvar a un huésped a la vez. A pesar de ser un título relativamente corto, The Sexy Brutale es una experiencia anímica de acertijos, exploración, sigilo y melancolía que se distingue por cuenta propia. Una gran sorpresa por parte de Tequilla Works, recomendada para los aficionados al género de sigilo y acertijos.
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