Cuando se lanzó DOOM 3 la mitad de la gente que lo jugó criticaba que te forzaba a utilizar la linterna, sacrificando la seguridad de tener tu arma en la mano, mientras la otra mitad lo consideró un FPS promedio. Era un juego que polarizaba las opiniones de los gamers. Con todo y las críticas que recibió id Software, decidió lanzar el juego de nuevo, pero la razón sólo ellos la conocen.

Esta edición incluye las 3 versiones del juego publicadas hasta ahora: DOOM, DOOM II y DOOM 3, incluyendo alguna expansión y una misión perdida que nunca antes se había visto. El paquete es genial por ese precio y un “must have”, si nunca has jugado DOOM y piensas que los shooters que abarrotarán las tiendas este fin de año son demasiado modernos y rápidos o si estás atrapado en otra década.

Desde que comienzas a jugar te enfrentarás a que cualquiera de los 3 juegos luce viejo. Los FPS han cambiado mucho desde que se lanzaron originalmente y DOOM no ha envejecido de la mejor forma. La fórmula es sencilla: avanzas por pasillos, recoges llaves (aunque se esfuercen en esconderlas detrás del uso de una PDA, siguen siendo llaves), matas demonios y disfrutas que el juego es, hasta eso, uno en el que te puedes clavar durante horas.

El primer cambio que notarás es que ahora la luz siempre está presente, pues ahora resulta que tu personaje trae una linterna montada en el hombro. Sí, esa característica que definió a DOOM 3 y lo hizo terrorífico fue destruida con una sencilla modificación. El miedo dejó de estar ahí. Claro, a la linterna se le acaba la batería, pero se recarga tan rápido que es ridículo. Lo peor de esta luz es que no lanza sombras, ni tampoco los tiros que tu arma, que en la versión original provocaba que los monstruos tuvieran unas sombras terroríficas mientras les disparabas.

Si jugaste el original recordarás esas secciones del juego donde todo era negro y sólo podías iluminar una parte de tu camino, sin saber lo que había en las sombras y cambiando a tu arma cuando fuera necesario, suplicando a una deidad, cualquiera, que te diera puntería para terminar con tus enemigos, sólo para regresar a la linterna y averiguar si estabas solo o seguías acompañado.

Eso ya no existe, esas misiones siguen ahí, pero están perfectamente iluminadas por tu linterna. Ya no hay tensión. El miedo desapareció por completo, lo que separaba a DOOM 3 del resto ahora es versión pasada por agua que te deja momentos risibles y hasta incómodamente incompletos.

Aparte de DOOM 3 encontrarás la divertida expansión Resurrection of Evil, que está plagada de demonios, y una campaña nueva llamada The Lost Mission, que es un total desperdicio de tu tiempo. La misión se divide entre los típicos corredores claustrofóbicos de Fobos y una misión en el infierno que es ligeramente divertida, pero que termina muy, muy rápido.

id Software le dio una mano de gato al juego, pero no fue suficiente para esconder las arrugas que la edad ha ido marcando en él; hay texturas nuevas sólo para engañar un poco al ojo, pero en realidad todo sigue igual. Ahí siguen los estrobos estridentes, las computadoras que no se ven tan futuristas y la increíblemente exagerada imagen ciber-satanista que a tantas abuelitas asustó en su época.

DOOM corre bastante fluido, lo cual ayuda en el multiplayer, pero es tan difícil encontrar gente jugando que no podrás probarlo. ¿Quién quiere entrar en el lobby de un juego de hace 10 años cuando están llegando Medal of Honor, Call of Duty y Halo al mercado? Si lo quieres intentar, podrás encontrar Deathmatch, Team Deathmatch, Last Man Standing y Tournament como los modos de elección.

Por otro lado, el audio es un elemento que sí hay que aplaudir y el único que te puede mantener, ligeramente asustado, pues lo mismo están los demonios que rugen, que los gritos lejanos de humanos y hasta llanto de bebés, además de las voces que hablan al revés, algo bien satánico, según todo lo que aprendió la humanidad en la década de los 80. Y en especial, la edición de PS3 que incluye el audio en DTS, merece nuestros aplausos.

Los problemas de la BFG Edition son muchos más que sus bondades. A pesar de que el control es bueno, no existe la opción de cambiar los botones a tu preferencia; estás forzado a utilizar los perfiles incluidos en el juego y cambiar la sensibilidad, pero algunos botones no dejan de ser incómodos para la mayoría de jugadores. Puedes utilizar el D-Pad para ciertas armas, pero es imposible personalizar las que quieres tener ahí.

Toda la mecánica del juego, es decir, correr a buscar llaves para abrir puertas y pasar a otro nivel, es tan de la década pasada que todo el potencial que pudo haber tenido el explotar la nostalgia de los gamers se evapora antes de que termines de decir “Halo: Combat Evolved Anniversary”. Es un hecho que son pocos los gamers de consola que han jugado DOOM 3, pero no hay razones suficientes para que intenten hacerlo por primera vez, y un veterano se sentirá muy decepcionado de haber gastado su dinero en el juego.

Dejamos el pecado más grande para el final, el que en lo personal me hizo dejar el control después de una sesión de juego de 3 horas y pasarme a jugar otro título: no hay auto save, excepto al terminar capítulos del juego. Si mueres casi al final del capítulo y no has salvado, serás regresado a un punto muy lejano, lo suficiente para no querer jugar de nuevo. La mejor forma de describir DOOM 3 BFG Edition es diciendo que es una decepción.