Si describiera Mercenary Kings, diría que es una carta de amor a los videojuegos escrita por cada uno de los desarrolladores involucrados en el proyecto. La entrega ofrece acción nostálgica para los gamers que ya tienen cierto kilometraje recorrido y que vivieron las glorias de los juegos de 8 y 16 bits, y, sin embargo, su diseño lo vuelve una sólida opción para cualquier jugador.

A pesar de no contar con referencias evidentes, se inspira en una decena de títulos que se manifiestan en la manera en que se comunican los personajes que cuentan la historia, la atmósfera, el diseño de niveles, el repertorio de armas y el estilo artístico.

En concreto, Mercenary Kings es un título de acción en 2D, en el cual deberás eliminar una gran variedad de enemigos con mecánicas clásicas de shooter, completar objetivos y recolectar materiales que caen al abatir a los adversarios. Al final, según tu desempeño, obtendrás una recompensa de dinero que, junto con los materiales recolectados, usarás para crear armas y otros elementos.

La progresión en los niveles sucede de modo curioso, contrario a la manera clásica en la que podría estar inspirada; en vez de tratarse de un corredor en el que avanzas por la derecha, los niveles son grandes y, desde cierto punto, hasta abiertos. Podrás explorarlos subiendo y bajando escaleras, accediendo a otras áreas mediante distintas puertas, lo que otorga variedad al elemento de plataforma combinado con la acción del combate que ofrece.

La forma de progresión es limitada, pues inicias con el rango más bajo, aspecto que representa la variedad de misiones a la que tienes acceso. Conforme avanzas, la trama se desenvuelve y puedes pelear contra los jefes, pero requerirás completar todas las misiones que representan un rango para avanzar al siguiente y repetirlo. El problema es que los objetivos de las misiones se repiten y el recorrido resulta tedioso porque precisas visitar los mismos niveles varias veces.

La adquisición de materiales influye en que el juego sea reiterativo y aburrido, lo que hasta cierto punto fomenta el grinding para completar los requerimientos de construir una pieza de armamento, la obligatoria actualización de armadura para resistir más daño y, finalmente, la de tu arma cuerpo a cuerpo. Por otro lado, debido a esta reincidencia de elementos, te verás obligado a encontrar la combinación de piezas más poderosas con el fin de infligir grandes cantidades de daño en poco tiempo y sortear los niveles más rápido.

Uno de los atractivos de Mercenary Kings es la variedad y la libertad de construir el arma de tus sueños, ya que podrás modificarla para imprimir un impacto inmediato a tu selección. Esto se presta para agregar variedad al fabricar piezas que parezcan atractivas por su descripción, pero también existe la opción de experimentar a fin de encontrar armas con efectos graciosos.

Por otro lado, conforme la trama se desarrolla y completas misiones, interactuarás con otros personajes que te ayudarán en el campamento, así que tu repertorio de NPC crecerá con el paso del tiempo.

En el aspecto artístico, es evidente que la inspiración partió de Scott Pilgrim vs. the World: The Game, mientras que los personajes son similares a los que vimos en Neo Geo con Metal Slug a finales de la década de los 90. El diseño regordete y achaparrado, así como sus colores, provocan que aliados y adversarios resulten visualmente armónicos, pues la dirección de Paul Robertson es excelente para generar una atmósfera genial.

Un título como éste es para aquellos con capacidad de crear su propia experiencia, para los inconformes con lo que se ofrece en el mercado y que tienen hambre de algo hecho pensando en ellos. Encontrarás muchos elementos que has visto en el pasado y en más de una ocasión pensarás que la situación ocurrió o perteneció a otro juego ―sin ser un plagio― y es entonces cuando resulta claro que el desarrollador no podría tener mejor nombre que Tribute Games.