A lo largo de 20 años, la franquicia TEKKEN se ha mantenido como una de las más populares en el mundo de los juegos de pelea, además de que fue de los primeras en integrar la tercera dimensión en el género y posteriormente, se volvió una de las exclusivas clave en las consolas de Sony. La séptima parte llegó a PlayStation 4, Xbox One y PC trayendo consigo toda la acción y personalidad que la serie han acuñado durante estas 2 décadas.

TEKKEN es una franquicia transgeneracional y, desde su aparición en consolas, he jugado, al menos, uno de los títulos de cada generación. Todo ha cambiado desde las entregas de PlayStation 2 y muchas cosas que en su momento parecían geniales hoy las veo con un poco de pena; ahora, en muchos sentidos, TEKKEN 7 es una mirada al pasado, lo que no es enteramente malo, pero tampoco ideal.

La historia de TEKKEN 7 es un conflicto familiar tan largo y violento que avergonzaría a los Skywalker. Como ha ocurrido en las entregas anteriores, Heihachi Mishima y Kazuya Mishima (padre e hijo, respectivamente) están por enfrentarse para decidir tanto el futuro del clan como el del mundo. La historia es contada a través de un modo individual que recorre distintos personajes y escenarios donde conoces todos los puntos de vista del conflicto, lo que difiere de entregas anteriores donde debías terminar el juego con cada peleador para conocer las partes de la trama y luego unirlas en tu mente. Lamentablemente, en este modo no se incluye a todo el roster del juego, pero hay un apartado de historias paralelas que a veces aportan a la trama y otras veces son ridículamente irrelevantes.

La narración es conducida por un reportero anónimo, quien tras una tragedia personal decide buscar la verdad detrás del conflicto de los Mishima y de paso, vengarse de Jin Kazama, el miembro más joven de los Mishima. Como suele ocurrir en los juegos de este género, la historia es superficial y casi irrelevante, algo coherente si piensas que es difícil imaginar un mundo donde las principales empresas del mundo organizan torneos de artes marciales para decidir el rumbo de la humanidad. Sin embargo, parece que para esta entrega Katsuhiro Harada tomó una decisión importante y decidió entregar un final contundente, así que si has seguido un poco la historia, disfrutarás ésta.

Un mundo donde las principales empresas del mundo organizan torneos de artes marciales para decidir el rumbo de la humanidad.

Además de la historia, el juego incluye un modo Arcade que consta de 3 enfrentamientos con peleadores aleatorios del roster y 2 jefes: Heihachi Mishima y Kazumi Mishima. También incluye el clásico modo versus local y, aunque recientemente hubo quejas de jugadores profesionales sobre el lag en este modo, no pudimos percibirlo. El tercer modo en solitario es el Treasure Battle, que consta de enfrentamientos continuos con peleadores aleatorios y cada victoria te bonifica con experiencia, dinero y objetos para personalización. Finalmente, tenemos el modo de práctica, donde puedes practicar tus combos y movimientos antes de salir a pelear.

Como ocurrió en entregas anteriores, TEKKEN 7 no apuesta a la venta de trajes como DLC, sino que te permite personalizar a tus peleadores y también tu tarjeta de jugador y hasta barra de vida para que lo presumas en los modos online.

El apartado en línea no tiene muchas novedades. Básicamente, se divide en peleas uno a uno y en lobbys donde puedes agrupar a jugadores en espera; estos enfrentamientos pueden ser rankeados o de jugador, y el nivel de jugador y de personaje del apartado en línea es independiente al del single player. Cabe mencionar que probamos este modo antes de su lanzamiento, así que no fue muy sencillo encontrar partidas, pero cuando pudimos no tuvimos grandes problemas en cuanto al lag, aunque las conexiones con otros jugadores no eran las ideales.

El roster consta de 35 luchadores, muchos rostros conocidos de años y algunos de entregas recientes; lamentablemente, algunos importantes como Julia Chang, Armor King, Christie Monteiro o Lei Wulong están ausentes. En cuanto a personajes nuevos se agregaron los 8 siguientes: Claudio Serafino, Gigas,Josie Rizal, Katarina Alves, Kazumi Mishima, Lucky Chloe, Shaheen y Akuma que como sabes, se trata de un invitado de Street Fighter que en la historia busca derrotar a Heihachi Mishima y Kazuya Mishima a petición de Kazumi. Akuma conserva sus movimientos y controles de Street Fighter e incluso es el único con una barra de Super en el juego.

Si bien el juego conserva su clásico sistema de 4 botones -uno por extremidad- también incorpora Rage Arts, un movimiento que obtienes cuando tu salud está por agotarse y permite desencadenar una serie de golpes que asesta un daño masivo. Basta con presionar un botón para activarlo, así que lo puedes ocupar como último recurso para ganar el round. Otra novedad es el Power Crush. Si te encuentras en modo de defensa y recibes una seguidilla de combos de tu oponente, puedes aprovechar ese pequeño lapso de tiempo al final de la secuencia para efectuar un contragolpe. Un detalle ingenioso en el sistema de juego son los finales en cámara lenta que ocurren cuando el último golpe es decisivo, añadiendo un toque dramático y de tensión a los últimos segundos de un combate.

Gráficamente, el juego es un poco decepcionante; salvo por los cinemáticos prerrendereados, el resto se ve muy básico y carente de detalles; por ejemplo, el cabello de los personajes se ve apelmazado y la iluminación es muy simple. Pocos escenarios son interactivos y las animaciones en ellos están ejecutadas muy pobremente. La música es estridente e incomoda después de unas horas .

Si bien el sistema de juego sigue siendo sólido y hasta cierto punto accesible, TEKKEN 7 casi no aporta al legado de la franquicia. Los modos individuales son pocos, el modo de historia está mal logrado y, aunque modos como Treasure Battle es adictivo y divertido, no es suficiente.