Es imposible no hacer comparaciones cuando hablamos de Transistor, pues Supergiant Games, sus desarrolladores, fueron los encargados de traer al mundo en 2011 la joya independiente llamada Bastion. Ahora, 3 años después, nos entregan una franquicia que no teme arriesgarse al sumergirnos en un cautivante nuevo universo.

Lo primero que notarás será el asombroso estilo de arte que el estudio perfeccionó con diseños que semejan dibujos a mano, con un nivel de detalle impresionante. Recorrer cada esquina dentro de la ciudad y sus alrededores es un deleite; cada rincón, aunque abandonado, se siente vivo. Querrás detenerte a admirar los paisajes en los momentos libres entre los combates y convertir cada escena en un maravilloso wallpaper.

El título se desarrolla en los restos de Cloudbank, una desolada pero bella ciudad con matices ciberpunk y una pizca de art nouveau. Una utopía futurista donde todo, desde el clima hasta el color del cielo, está controlado por la población. En este escenario conoces a Red, una hermosa cantante a quien le robaron, la voz. Red se encuentra a los pies de un hombre aparentemente asesinado por una espada llamada Transistor, que puede trasmitir su voz y que además de ser el eje central en la historia sirve como narrador excepcional. Si fuiste fanático del narrador de Bastion, te alegrará saber que Logan Cunningham regresa para prestar su voz en esta nueva entrega.

Desde un principio, el juego se aleja del estándar de contar la historia con cinematics o largos segmentos de diálogo, sólo hay fragmentos con pocas explicaciones de lo que está sucediendo. Preguntas como ¿de qué manera decayó la ciudad? O ¿por qué Red no tiene voz? no son respondidas de inmediato ni claramente, sino que a lo largo de la travesía existe un velo de misterio que sólo te deja ver lo suficiente para generar más dudas, aunque siempre capturando tu atención para saber lo que viene a continuación.

Transistor es un RPG en vista isométrica, con elementos de exploración y combate. Para recorrer los escenarios controlarás a Red, interactuarás con objetos que te revelan más detalles de la historia y activarás puntos en el mapa para mejorar tu personaje así como para salvar tu progreso. Incluso habrá momentos en los que podrás detenerte y apretar un botón para hacer que Red tararee una melodía mientras la voz de Transistor te dice que continúes tu aventura.

El sistema de combate está hecho para jugarlo a tu gusto con 2 opciones, ya sea que prefieras pelear en tiempo real (como un beat’em up convencional) o convertir los combates en acción por turnos. Si prefieres esta última opción, entrarás en el modo Turn, donde congelarás el tiempo y eso te dará oportunidad de usar tus habilidades de la manera más conveniente. En lugar de un contador de tiempo para los turnos habrá una barra de energía que contará tus movimientos; por ejemplo, podrás atacar, esconderte, moverte o volver a atacar y cada una de tus elecciones será contabilizada como una acción, lo cual es parte de la estrategia.

Deberás tomar en cuenta que el uso de las habilidades más poderosas requiere tener la mayor parte de tu barra de energía, así que piensa antes lanzarte solo con tu ataque más poderoso, porque te quedarás sin energía frente a varios enemigos, y será muy complicado, sobre todo cuando pierdas de vista a alguno de ellos. El juego no tiene un sistema de cámara libre durante los combates, la cámara está fija sobre Red, así que muchas veces tus adversarios saldrán de tu rango de visión. Aunque te acostumbras, llega a ser molesto cuando enfrentas varios adversarios y no puedes planear tu estrategia porque no sabes contra cuántos pelearás debido a que la cámara no te permite verlos a todos desde el inicio.

Al presionar gatillo derecho del control activarás el Turn; en ese instante el diseño será similar a una cuadrícula, muy útil para manejar los espacios donde se encuentran tus adversarios, así como el rango de tus ataques. Después de elegir tus habilidades y los objetivos, deberás presionar el gatillo derecho nuevamente para regresar a un estado de tiempo real mientras el resto se mueve lentamente. Si te decides por otra estrategia en el último momento, tienes la opción de presionar el gatillo izquierdo y cambiar tus movimientos tantas veces como quieras, incluso al inicio del turno, pero una vez que presiones el derecho, todo ocurrirá como una coreografía perfecta con explosiones de colores y partículas que lucen espectaculares. Esto es parte del encanto de Transistor, los combates nunca se sienten repetitivos; cada interacción con los enemigos puede ser única, ya sea combatiendo rápidamente o enfocándote en el uso de Turn. Lo mejor es combinar ambos estilos, algo esencial al avanzar en el juego porque los bloques de enemigos serán más variados.

La facilidad para combinar tus poderes te motiva a experimentar. Tienes la opción de elegir entre 16 habilidades que desbloquearás al subir de nivel y podrás seleccionar 1 de 4, que corresponden a 1 de los botones principales del control. Estas serán tus habilidades activas y cada una de las restantes puede ser usada para mejorar una de las activas o como un pasivo que afecta a todo el personaje. Puedes modificar los ataques cuerpo a cuerpo y a distancia para hacer daño extra, aturdir e incluso para crear una copia tuya al recibir daño. Conforme avances y desbloquees habilidades, querrás conocer todas las combinaciones disponibles para crear tu estilo de juego.

Al concluir cada batalla se te otorgará un porcentaje de experiencia basada en la cantidad de enemigos que enfrentaste. Al subir de nivel, podrás equipar Limiters, que te otorgan más experiencia, pero eso tiene precio. Cada Limiter activa un grado mayor de dificultad en los combates, enemigos con escudo y reducción de habilidades, entre otros. Podrás equipar hasta 10 Limiters distintos e incrementar considerablemente la dificultad del juego, así como conseguir hasta 30% más experiencia por combate. Los Limiters son un excelente agregado para aquellos que buscan un reto extra, sobre todo cuando el título otorga varias oportunidades antes de morir. Si tus puntos de vida se agotan, una de tus habilidades se sobrecalentará y quedará inservible el resto de la batalla, sin embargo, recuperarás tu vida y tendrás otra oportunidad para terminar el combate.

Al acceder a nuevas áreas, encontrarás las llamadas Backdoors, que sirven como descanso a la acción y para exploración. Se representan como pequeñas playas donde habrá challenges que sirven tanto para subir de nivel como para probar tus habilidades. En la de entrenamiento libre podrás equipar todos tus poderes y conocer las mejores combinaciones. Existen algunos como derrotar a tus enemigos en tiempo límite, acabar con todos con un solo movimiento o enfrentar una copia de ti con las mismas habilidades. Al concluir cada uno se te recompensará con una pieza del excelente soundtrack; además, cada Backdoor tendrá distintos retos, así que te recomendamos visitar todos, aunque claro, siempre puedes recostarte en la arena virtual y disfrutar de la música.

Concluir la historia te tomará, aproximadamente, 8 horas, pero al terminar los créditos, inmediatamente puedes comenzar el Recursive Mode, que sirve como un new game plus. Todas tus habilidades así como tu nivel, se mantienen, así que podrás experimentar desde el principio con habilidades que no has probado o para mejorar tu técnica. El Recursive Mode es esencial para desbloquear todo lo que juego tiene que ofrecer, como los Limiters, las mejoras y los pasivos de las habilidades. La trama permanece intacta, pero los adversarios más fuertes comenzarán a salir desde el inicio. Por su puesto, la nueva dificultad resulta mucho más satisfactoria, sobre todo cuando conectas todos tus ataques sobre una horda de enemigos.

Transistor nos demuestra que no es necesario sacrificar ningún aspecto dentro del juego a cambio de buen gameplay. La gran combinación entre diseño, soundtrack e historia logra que el título no quede rezagado frente a su antecesor y brille por méritos propios. Transistor logró encantarnos con su maravilloso arte, nos mantuvo divertidos con su adictivo combate y terminó enamorándonos con su fabuloso mundo que esperamos visitar una vez más.