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Los JRPG no son lo que eran en su era dorada. No lo digo en un intento por hacer menos a los que nos han dejado en los últimos años, pero hay que reconocer que han cambiado mucho con el paso de los años, incluso entre la misma franquicia. Hay un mundo de diferencia entre Final Fantasy VI y Final Fantasy XV o entre Dragon Quest III y Dragon Quest XI. Y no, no me refiero únicamente al estilo gráfico.
El cambio es inevitable, incluso para los más aferrados y, sin duda, los JRPG son un género que se resistió tanto al cambio que corrió el riesgo de volverse irrelevante. Sin embargo, incluso el más grande fanático del género tiene que aceptar que la evolución provocó que algo se perdiera. No es necesariamente que antes fueran mejores, sino a que tenían un sabor que ni los mejores imitadores lograron recrear en años recientes.
Por eso, la primera vez que escuché sobre Chained Echoes pensé que sería un juego más. Tenía todas las señales de ser otro JRPG de corte retro sin algo especial... ¡qué equivocado estaba! No sólo es mucho más que un indie nostálgico, en realidad el proyecto de Matthias Linda es uno de los mejores JRPG que he jugado en años.
Mucho más que una carta de amor
Chained Echoes es un espectacular JRPG porque cumple con todo lo que recordamos con cariño de los juegos de la era dorada del género. Tiene una historia bien construida con temas importantes, giros impactantes y un elenco de personajes entrañables. A eso se suma un mundo que te atrapa, un sistema de combate enganchante y una banda sonora memorable. Son muchas cosas, ¿verdad? Por esto, vamos por partes.
Lo primero de lo que quiero hablar es sobre la historia de Chained Echoes. Es una narrativa que, aunque desde el inicio es extremadamente llamativa, poco a poco va evolucionando para sorprenderte y llevarte a situaciones que nunca hubieras imaginado. Por supuesto que el factor sorpresa no es lo único que la hace especial, y es que resulta una historia muy madura en la que héroes y villanos están bien construidos para ser grises. Todos son complejos y cada uno tiene su propia agenda y motivaciones, en lugar de ser caricaturas del bien y el mal. Con ellos, Matthias Linda nos cuenta una tragedia con toques shakesperianos que cubre varias épocas para llevarnos de la mano por conflictos políticos y personales que te dan la vuelta al corazón al dejarte ver que todo es más complejo de lo que creían. En sus 30 horas de duración, Chained Echoes cuenta una de las mejores historias que he visto en un JRPG.
Otra fortaleza de la historia de Chained Echoes está en su diálogo y en la construcción del mundo. Como mencionamos, el elenco de Chained Echoes es complejo y cada uno tiene una historia que lo lleva a unirse a tu grupo o a luchar contra él. Lo que hace que te sientas enganchado a ellos es que su diálogo es fantástico y logra reflejar la personalidad de cada personaje. Además, sus historias están tan ligadas a la construcción del mundo, que es evidente que sus raíces se encuentran ahí y que han vivido en él mucho antes de que encendieras la consola para conocerlos. Incluso las sorpresas más grandes tienen sentido debido a pequeñas pistas de presagio que se arrojan como migajas a lo largo de las horas. Con esto, cada situación se va sintiendo como piezas de un rompecabezas que poco a poco caen y embonan perfectamente.
Creo que es buen momento para decir que uno de los grandes pecados que cometen los indies con esencia retro es que suelen apoyarse demasiado en sus inspiraciones y al final terminan como un homenaje desangelado; algo así como intentar ser Chrono Trigger en lugar de buscar ser el juego que hubiera derrotado a Chrono Trigger. El secreto del éxito de Chained Echoes es que se inclina hacia el segundo ejemplo, pero sin faltarle el respeto al pasado. ¡Todo lo contrario! En cada momento se nota el enorme amor de Linda por los JRPG de la era dorada; incluso parece que por momentos se burla de eso con la enorme cantidad de referencias al pasado; de hecho, la primera escena de Chained Echoes es una clara parodia del inicio cliché de otros JRPG, pero de inmediato te da una cachetada para demostrarte que es mucho más. Lo importante está en que, por mucho amor y cariño que les tiene, Chained Echoes no ve a Chrono Trigger, Xenogears y Final Fantasy VI hacia arriba, sino que los respeta y mira directamente a los ojos para comportarse como un igual. Estoy seguro de que muchos podían irse por la fácil y describirlo como una carta de amor a los JRPG, pero va más allá de sus influencias.
Una de las formas en las que Chained Echoes logra esto es que, aunque se inspira en el pasado, entiende que es un juego de 2022. De este modo, toma los elementos esenciales que construyen el sabor de los JRPG de antaño, pero quita esas cosas que únicamente le ponían pesos sobre sus hombros. Por ejemplo, mantiene un sistema de combate por turnos, pero quita todo el grinding y cura por completo a tu equipo después de cada batalla. De esta forma se convierte en una aventura que corresponde a su época y que entiende las necesidades del público actual.
Esto nos lleva al sistema de combate de Chained Echoes. Cuando piensas en un RPG por turnos, lo primero que te viene a la mente es un sistema lento, con pocas batallas desafiantes que puedes superar seleccionado el mismo ataque una y otra vez (claro, siempre y cuando no sea un jefe). Chained Echoes sí presenta un sistema por turnos, pero con ideas que lo convierten en combates tácticos en los que cada decisión es crucial. El elemento clave está en la barra de acción que puede estar en 3 estados: Normal, Overdrive y Overheat. La barra se mueve según tus ataques y los del enemigo. El secreto para triunfar es que esté en Overdrive, ya que ahí gastan menos puntos de energía y evitas el daño adicional que recibes en Overheat. Pero, ¿cómo controlas la barra? En cada turno hay un tipo de ataque que aleja la barra del nivel Overheat. De este modo, tendrás que acomodar tus ataques, cambiar de personaje y pensar muy bien cada movimiento. Tal vez habrá ocasiones en las que tendrás que decidir si vale la pena curar o no, ya que eso puede ponerte vulnerable. En otras, tendrás que ahorrarte las ganas de atacar para evitar que te salga el tiro por la culata.
El sistema de combate de Chained Echoes suena sencillo porque lo es. Resulta muy intuitivo y fácil de entender gracias a los tutoriales y a una interfaz de usuario bien hecha. Esto también permite que hasta el combate contra el enemigo más debilucho se sienta relevante, pues tienes que analizar bien tus movimientos y aprovechar las debilidades del enemigo para ganar en la menor cantidad de tiempo posible. Es verdaderamente enganchante y te hace sentir un verdadero campeón con cada victoria. Eso sí, hay un enorme problema con su combate y es que tiene una curva de dificultad caótica. Puedes pasar horas muy cómodo y luego encontrar a un jefe que te hará sentir que necesitas un milagro para derrotarlo. Después de vencerlo, el juego se convierte en un paseo por el parque por otras horas hasta que encuentras a un nuevo villano que se vuelve un muro de ladrillos. Tampoco son un dolor de cabeza, pero una curva mejor diseñada hubiera sido bienvenida.
Son muchos los elementos que permiten que Chained Echoes brille, pero uno de los principales es que su ritmo fantástico no deja de sorprenderte. No sólo en temas de historia, que presenta giros inesperados pero minuciosamente bien construidos; también lo vemos en el apartado jugable ya que, cuando piensas que lo sabes y dominas todo, te da una bofetada con nuevas mecánicas y sorpresas.
En temas de presentación, Chained Echoes tampoco decepciona. El apartado visual destaca por el pixel art que da vida a un mundo precioso del cual vas a querer explorar cada esquina. Lo único que pudo mejorar son los retratos de los personajes, porque francamente son muy feos, en especial si los comparamos con sus sprites o como se ven en la ilustración de la portada. Por su parte, la banda sonora es una joya, con temas que son un deleite para los oídos y dan personalidad a cada zona del mundo. Por momentos soltaba el control antes de salir de una parte del mapa sólo para poder escuchar la música un rato más.
Encadenado al pasado para entenderlo
Chained Echoes es fantástico. No sólo atrapa lo que hizo especial a los JRPG de los 90, sino que lo eleva y moderniza para entregar una experiencia inolvidable. Con una narrativa enganchante, personajes atractivos, un mundo bien construido y un sistema de combate repleto de buenas ideas, se convirtió en uno de los mejores JRPG que he jugado en más de una década. Chained Echoes no copió a los JRPG de antaño, los entendió para crear algo que está a su altura.
Chained Echoes ya está disponible para PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch y PC. Puedes saber más sobre este JRPG si sigues este enlace.
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