La llegada de una nueva plataforma, en este caso el PlayStation Vita, supone el debut simultáneo de sendas adaptaciones de franquicias clásicas; FIFA es una de ellas. De hecho, constituye uno de los lanzamientos deportivos más esperados durante el la salida del dispositivo. Pero no sólo se trata de una calca ligeramente diluida que pretende acercarse lo más posible a su hermano mayor para consola de sobremesa; hablamos de una experiencia con argumentos propios fincados sobre las bases de la nueva tecnología táctil del PS Vita.

Conforme a lo prometido, la portátil soporta una versión prácticamente idéntica a la de Xbox 360, PlayStation 3 o PC, en términos de presentación, lo que no es 100% positivo. El acomodo de los menús y su diseño son exactamente los mismos y, salvo por la modalidad Ultimate Team, así como EA Football Club, todas las alternativas de juego fueron trasplantadas de forma íntegra, contemplando la partida de exhibición por equipo, con un futbolista de campo o guardameta; la carrera como técnico, jugador o jugador-mánager; 26 ligas licenciadas y torneos personalizados, el frente online, Virtual Pro, menú de personalización de equipos, jugadores y listas de reproducción, y ajustes.

La navegación de todas estas categorías es funcional y tradicional, es decir, con los sticks o D-Pad. Aquí la única queja es que se hubiera antojado un replanteamiento en cuanto al tamaño de las fuentes, pues en ocasiones hay que esforzarse para leer algunos bloques de texto.

Ahora bien, todos los modos se disfrutan, pero son la carrera y sus variables las que suponen la parte más envolvente del título por su inclinación hacia la simulación. Fiel a su nombre, como técnico o mánager se controla al equipo en los partidos, se gestionan los traspasos, la alineación y el presupuesto con el que cuenta el club a lo largo de la temporada. La única ausencia que notamos fue la del desarrollo de fuerzas básicas, nueva adición que debutó en FIFA Soccer 2012 y cuya omisión no implica un cambio radical en la experiencia. Aquí es importante hacer un paréntesis y es que ésta lucía como la oportunidad de oro para modificar la interfaz estratégica y sacar provecho de las cualidades táctiles de Vita. ¿A qué nos referimos? A cambiar la colocación de un jugador o hacer una sustitución con mover el dedo por la pantalla, pero éste no es el caso. Todo lo que compete al director técnico se hace sobre los mismos esquemas rígidos y un tanto aburridos que hemos criticado también en el FIFA para consola de sobremesa.

En la carrera con jugador, tomamos a un futbolista real o personalizado y vivimos su desarrollo como profesional. Tanto aquí como en el modo de exhibición para un jugador de campo, la cámara se desplaza hacia la cabecera de la cancha. Esto es refrescante y divertido cuando se es local, pero de visita, la perspectiva se invierte y vemos la espalda del equipo rival, lo que supone una verdadera molestia si se tiene posición de delantero, pues la mayor parte de los 90 minutos, el personaje permanecerá fuera de cuadro, mermando profundamente la precisión para situar al futbolista cuando recibe los pases.

Las ligas y los torneos personalizados eliminan prácticamente todas las tareas de corte administrativo y reducen la experiencia a jugar los encuentros con clubes alrededor del mundo, mientras en el frente Online encontramos lo tradicional: el cotejo directo contra un oponente al azar y la liga de amigos. Destaca también la falta del modo 11 contra 11, pero en general y pese a lo escueta que es la comunidad de jugadores en este momento –pues la consola acaba de ser lanzada–, fuimos capaces de encontrar rivales y competir sin mayor problema de latencia. Lógicamente, la experiencia varía dependiendo de lo estable que sea la conexión a Internet que se esté utilizando.