Brütal Legend Xbox 360

Algunas de las cosas que más
disfruté en el EA Europe showcase fueron todas las relacionadas con Brütal
Legend. Muchos de los que me dan el regalo de su tiempo para leerme (ya sea
desde otros lados o por aquí), saben que me gusta el metal y no me refiero a Metallica,
dejaron de ser metal hace mucho tiempo en mi no tan humilde opinión. En fin, de
regreso al tema, Brütal Legend me atrajo desde el principio, pues uno de
mis juegos favoritos de toda la vida es Grim Fandango, ¿el mejor final
de un juego en mi opinión?, Full Throttle. Ambos son creaciones de Tim
Schafer. Finalmente, desde School of Rock, Jack Black se ganó todo mi
respeto.

La suma de los tres en un título
es algo que de inmediato me llena  de emoción. En el caso de Brütal
Legend no nos dejaron jugarlo, pero fuimos parte de un grupo muy afortunado
que se encerró durante una hora en una habitación para verlo y ahí estaba Tim
Schafer para responder nuestras preguntas.

En Brütal Legend eres Eddie
Riggs, un roadie (algo así como jala-cables pero en región 1), pero eso
sí, el mejor del mundo. Una noche después de un concierto, Eddie es golpeado
por varias piezas del escenario y cae al piso, donde muere lentamente bañado en
su propia sangre, misma que alcanza la hebilla de su cinturón y desencadena un
viaje (sí, seré obvio) Brütal.

Ormagöden
es responsable del viaje de Eddie. Verán, Ormagöden es la criatura que habitaba
en su hebilla y es La Bestia del Fuego, Cremador del cielo, Destructor del
Mundo Antiguo, un mundo en el que todo es como una portada de disco de Dragon
Force o Danzig. Aquí  Eddie se da cuenta de que fue
transportado junto con Clementine, su guitarra y arma llena de magia y
poder Brütal, y a los pocos minutos de juego se encuentra con Ophelia,
que roquea y de inmediato le mueve el tapete.