Need for Speed Payback Xbox One

El concepto de Need for Speed: Payback es simple: envolvernos en una experiencia cinemática de alto octanaje, casi tan fascinante como las películas de Fast and Furious. Parece fácil de ejecutar, pues sólo hay que agregar explosiones, momentos en cámara lenta y persecuciones en situaciones irreales; el problema es que si inclinas demasiado la balanza hacia el corte hollywoodense, existe el riesgo de eliminar la esencia del gameplay. Eso es algo que está sucediendo con la más reciente entrega de esta serie de carreras.

El nivel de producción es superior

Durante gamescom 2017 jugamos el demo de Payback y nuestra primera impresión es que el nivel de producción es superior a lo que se hizo con el juego anterior, no sólo en cuanto a los vehículos, sino en el diseño de personajes. Mientras que el Need for Speed de hace unos años apostó por una combinación de CGI y live action que se veía súper falsa, la nueva entrega se quedó únicamente con CGI. El resultado son escenas más envolventes y personajes que, irónicamente, lucen más genuinos. Visualmente es lo mejor que se ha hecho con la franquicia a la fecha.

La intención de hacer que este Need for Speed transmita el feeling de película de acción no se limita a lo visual, obviamente, también a forma como se presenta la narrativa. El escenario que jugamos pertenece al final del segundo episodio, en el que los protagonistas, Tyler y Jess, tienen que alcanzar un trailer para recuperar un auto. En el camino aparecen vehículos enemigos que debes sacar del camino ya sea empujándolos o haciendo que otros coches se interpongan en su paso, por medio de derrapes y cerrones. El problema es que la mayoría de las situaciones están sumamente scripteadas. No importa cuánto aprietes el botón de nitro, nunca alcanzarás el camión a menos que cumplas los otros requisitos de la misión. Las escenas en slow motion mientras pedazos de la carrocería vuelan por todos lados es algo que impresiona mucho al inicio y en verdad se siente emocionante, pero es probable que esa sensación se pierda después de pocas horas.

También probamos el modo de carrera libre. Es tan sencillo y directo como imaginas: compites para poner a prueba tu habilidad y, de paso, ganar algunas recompensas. Me pareció que la inteligencia artificial estaba calibrada para ajustarse al jugador y que sin importar una pésima destreza al volante, el humano nunca iba a quedar tan atrás en el ranking. Probablemente es algo exclusivo del demo. Lo importante es que experimenté las diferencias entre tipos de vehículos y la forma como se manejan. El BMW M5, cuya existencia fue revelada durante la conferencia de EA, es rápido y estable; aunque no tan veloz como otros deportivos, incluyendo el que recuperas de la misión del trailer. En general los controles son responsivos y cómodos, como ya es tradición con Need for Speed, pero noté un poco más de fluidez en la experiencia de manejo, algo que si bien sacrifica un poco de autenticidad en el movimiento de los autos, a cambio hace que la conducción sea más arcade.

Los controles son responsivos y cómodos

Por lo que conversamos con William Ho, el director creativo de Payback, la experiencia de manejo será lo que predomine y no tanto estos momentos cinemáticos, pero es difícil hacerse una idea de ese panorama cuando el demo dice otra cosa. La promesa es que hay mucho más de Need for Speed: Payback que este primer vistazo. Se supone que el mundo abierto será masivo y que recompensará la exploración, además de que habrá mucha variedad en los objetivos y formato de las misiones. Y la trama estará compuesta por varias historias, para que puedas ver la perspectiva de cada personaje, muy al estilo de The Crew. También está el hecho de que la personalización jugará un papel importante en el desempeño de los autos y que para conseguir las partes, tendrás que hacer apuestas, con el riesgo de perderlo todo; justo como en Fast and Furious.