Por años la industria de los videojuegos se ha tenido que enfrentar a voces que aseguran que son un medio de entretenimiento que tiene un impacto negativo en aquellos que lo consumen. Si conoces a alguna persona que piensa así, es momento de que hables con ella y le cuentes que recientes estudios descartan que los videojuegos violentos cambian negativamente la conducta de sus jugadores.
El estudio del que hablamos fue recientemente publicado en Molecular Psychiatry y fue hecho por la Universidad Clinica Hamburg-Eppendorde Alemania y el Instituto Max Planck para el desarrollo humano. En él buscaron los efectos a largo plazo del uso de videojuegos al hacer que 90 adultos jugaran Grand Theft Auto V o The Sims 3 por lo menos 30 minutos al día durante 8 semanas. Además, armaron otro grupo de adultos que no tuvo contacto con los videojuegos por el mismo periodo de tiempo. Es importante señalar que todos los participantes tenían entre 18 y 45 años y todos eran individuos que habían jugado pocos videojuegos durante los 6 meses anteriores al estudio.
Antes y después de las semanas de contacto con los videojuegos, los participantes resolvieron cuestionarios con el objetivo de medir su “agresión; actitudes sexistas; empatía y competencias interpersonales; salud mental y funciones de control ejecutivo”. Esto tuvo como resultado 208 pruebas estadísticas que los científicos utilizaron para comparar y encontrar algún tipo de correlación entre la violencia y los videojuegos.
Al final, los responsables del estudio descubrieron que sólo 3 de las 208 pruebas mostraron un patrón de interacción que señala que los videojuegos tienen algún impacto en la conducta de sus jugadores. Es por esto que descartan que los videojuegos violentos tengan una influencia a largo plazo en quienes los juegan.
“No encontramos efectos negativos relevantes en respuesta a jugar videojuegos violentos. De hecho, sólo 3 pruebas de las 208 que hicimos mostraron un patrón de interacción que iría de acuerdo con la hipótesis. Ya que al menos se esperarían que 10 [pruebas] tuvieran efectos, llegamos a la conclusión de que no hay efectos perjudiciales en los videojuegos violentos”, señala el estudio.
En las últimas semanas, los videojuegos han sido usados como chivo expiatorio tras los recientes actos violentos en Estados Unidos. Incluso Donad Trump, presidente de aquel país, señaló que había que implementar algún tipo de sistema de clasificación, puesto que los videojuegos violentos moldean la mente de los jóvenes. Sin embargo, éste y otros estudios han descartado alguna correlación entre los videojuegos y la violencia.
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