por
Espero que no hagan mucho problema por no haber escrito
en mucho tiempo, relataré las horribles cosas que me han pasado en los últimos
meses, parece ser que lo mío no es jugar futbol.
Lunes por la tarde, más o menos 1:30, jugaba una
reta en la cancha de la escuela, con la particularidad de que por primera vez
en mucho tiempo dejé la portería para jugar por una de las bandas. Extraño
resultó que estuve jugando bastante bien, a pesar de que no soy lo
suficientemente rápido estaba dando un buen partido, y era difícil que los
contrarios pudieran pasarme. Entrados estábamos en eso cuando un jugador
contrario, con rasgos tepiteños comenzó a querer hacerme un túnel con
insistencia, pero no pudo el muy palurdo, lo cual lo hizo enojar bastante e
intentar con mayor énfasis, sin lograrlo de cualquier manera
fue gracioso las
primeras veces, hasta que comenzó a ser más violento y querer hacer más
pendejadas para querer pasarme, aunque en ningún momento lo logró.
El problema llegó
cuando en una jugada el balón se fue de largo por uno de los costados, él
corrió como señora cuarentona por oferta en Liverpool por el esférico y regresó a un paso rápido
intentando hacer una jugada, mas no contempló que sus pocas capacidades harían
que pisara el balón con ambos pies y se dirigiera a toda velocidad contra mi
pierna izquierda, dándome el madrazo, si no de mi vida, de menos del año. Caí
de manera no muy grata de espaldas, y mientras estaba cayendo el pendejo se
trenzó conmigo y por ende cayó sobre mí, inmovilizándome la pierna y dejándome
sin posibilidad de hacerme a un lado hasta que él no se quitara. Me revolqué de
dolor unos cuantos segundos y ese cabrón se levantó sobándose la cadera
(Comienzo a creer que chocó con mi miembro y por eso le dolió, gran teoría,
¿no?) y logré moverme hacia un lado, unos amigos se acercaron y me sacaron del
partido para que los demás pudieran seguir jugando (Creo que esa fue la razón,
mi pierna les valía verga). Me senté por unos momentos a un lado de la cancha,
pero el dolor era de verdad insoportable, en algunos momentos estuve a punto de
llorar como mariquita, pero resistí para mantener mi reputación de cabrón
honorable y muy ojete. Con una pequeña ayuda de mis amigos (Cof) llegué hasta
la enfermería, donde el dentista nos dijo de manera muy amable: Qué creen, que
no está la doctora, si gustan pueden irla a buscar a Dirección. Claramente no
fui a buscarla a Dirección, y sí, me quedé con las ganas de soltarle un
sustancioso NO MAME, CABRÓN. Esperé con uno de mis compas por más o menos 10
minutos, tirando mentadas de madre y demás, hasta que regresó el Señor Limpieza
Bucal a decirnos: Este
¿se pueden salir? Es que ya voy a cerrar
a ver si
llega la doctora. Imaginé que le reventaba la mandíbula con una patada
centrifugadora feat. Chuck Norris y salí del consultorio, con un gran pesar, un
poco menos de dolor, pero con una inflamación que mi espinilla parecía una
nalga de Ninel Conde me dirigí hasta el salón de mi clase de guitarra y así
permanecí por unos cuantos minutos, hasta que la maestra vio que se me salía el
topo del dolor y me dejó ir a pedir ayuda.
Ya con el ánimo en el suelo y con la
corazonada de que mínimo tendría un esguince, fui hasta la puerta de la escuela
y le llamé a mi papá, que fue por mí a la escuela y me llevó al doctor. Estuve
en la sala de urgencias por media hora (Bendita burocracia) y cuando entré la
doctora me pronosticó ruptura del hueso
aunque unos minutos después la
radiografía la desmintió, y solamente me vendó mi musculosa y torneada pierna. Hacen
ya casi tres meses desde aquel suceso, y aún me duele el músculo al contacto.
Hijos de puta los diseñadores de esa máquina de rayos X que me hizo parecer
sano.
Sé que mi lenguaje es cambiante en algunos momentos,
comprendan que la práctica se pierde, y que además no tengo ni la más remota
idea de lo que es redactar.
Saludos e internetz a los que lean todo =D
(De este sí esperen la segunda parte, falta la herida de mi
mano (Muy tristemente))
Comentarios
Mejores
Nuevos